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El romanticismo    
    Editora del fonograma:    
    Fidias, S.A.    
por Nuria Espert    

    Este poema forma parte del acervo de la audiovideoteca
    de Palabra Virtual

Soledad del alma


Mi alma yace en soledad profunda
árida, ardiente, en inquietud continua,
cual la abrasada arena del desierto
que el seco viento de la Libia agita.

Eterno sol sus encendidas llamas
doquier sin sombra fatigada vibra;
y aire de fuego en el quemado yermo
bebe mi pecho y con afán respira.

Cual si compuesto de inflamadas ascuas,
mi corazón hirviéndome palpita,
y mi sangre agolpada por mis venas
con seco ardor calenturienta gira.
En vano busco la floresta umbrosa
o el manantial del agua cristalina;
el bosque umbrío, la apacible fuente
lejos de mí, burlando mi fatiga,
huyen y aumentan mi fatal tormento
falaces presentándose a mi vista.

¡Triste de mí!, de regalada sombra,
de dulce agua, de templada brisa,
en fértil campo de verdura y flores
con grata calma disfruté yo un día;
cual abre el cáliz de fragancia lleno
cándida rosa en la estación florida,
fresco rocío regaló mi alma
abierta a la esperanza y las delicias.



JOSÉ DE ESPRONCEDA






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