Quien sabra nin dira
cunta fu tu omildanza,
o Mara, puerta e va
de salud e de holganza.
Fianza
tengo en ti, muy dulce flor,
que por ser tu servidor
habr de Dios perdonanza.
Noble rosa, hija e esposa
de Dios, e su madre dina,
amorosa es la tu prosa,
Ave, estela matutina.
Enclina
tus orejas de dulzor
oyendo a m, pecador,
ayudndome festina.
Quien te apela maristela,
flor del ngel saludada,
sin cautela non recela
la tenebrosa morada.
Criada
fuiste limpia, sin error,
porque el alto Emperador
te nos di por abogada.
Que parras al Mexas
dijeron gentes discretas,
Jeremas e Isaas,
Daniel e otros profetas.
Poetas
te loan e loarn,
e los santos cantarn
por ti en gloria chanzonetas.
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