☰ menú
 
palabra virtual

Grabación para Palabra Virtual    
    Editora del fonograma:    
    Palabra Virtual    
por Carmen Feito Maeso    

    Este poema forma parte del acervo de la audiovideoteca
    de Palabra Virtual

Elegía I (después de la muerte de mi marido)


Otra vez llanto, soledad, tinieblas...
¡Huyó cual humo la ilusión querida!
¡La luz de dicha que alumbró mi vida
               Un relámpago fue!

Brilló para probar sombra pasada;
Brilló para anunciar sombra futura;
Brilló y se disipó... y en noche oscura
               Para siempre quedé.

Tras luengos años de tormenta ruda,
Comenzaba a gozar benigna calma;
Mas, ¡ay!, que sólo por burlar el alma
               La abandonó el dolor.

Así la pérfida alimaña finge
Que a su presa infeliz escapar deja,
Y con las garras extendidas ceja,
               Para asirla mejor.

El que ayer era mi sostén y amparo,
Hoy de la muerte es mísero trofeo...
¡Por corona nupcial me dio Himeneo
               Mustio y triste ciprés!

De juventud, de amor, de fuerza henchido,
Su porvenir, ¡cuán vasto parecía!...
Mas la mañana terminó su día:
               ¡Ya del tiempo no es!

Nada me resta, ¡oh, Dios! Sus rotas alas
Pliega gimiendo mi esperanza bella...
Hoy sus decretos el destino sella:
               E irrevocables son.

Al golpe atroz que me desgarra el pecho
No quiere Dios que mi valor sucumba;
Mas con los restos que tragó esa tumba
               Se hundió mi corazón.

¡Alma noble y amante!, ¡tú , ante el trono
De la suprema paternal clemencia,
Por la que fue mitad de tu existencia
               Pide, pide piedad!

¡Baje un rayo de luz que alumbre mi alma
En este abismo de pavor profundo,
Hasta que pueda abandonar del mundo
               La inmensa soledad!



De:Poemas



GERTRUDIS GÓMEZ DE AVELLANEDA






regresar