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palabra virtual

Homero Aridjis    
    Editora del fonograma:    
    Voz Viva de México. UNAM    
por Homero Aridjis    

    Este poema forma parte del acervo de la audiovideoteca
    de Palabra Virtual

El juego de los cuatro tiempos


Creación

          abrió los ojos y salió el cuervo salió el bisonte salió la luna
          salió el viento salió la nube salió el árbol salió la nieve etc.
          salió el hombre salió la estrella salió la planta salió el venado
          salió la piedra etc. salió el delfín
                                                       y sigue


Descomposición con risa

          Le quitan las orejas
          le sacan los ojos
          le quitan los brazos
          se llevan su pecho
          le desaparecen la cabeza
          le quitan el tronco
          lo desaparecen completo
          y se queda riendo
          y sigue riendo
          e invisible
          ríe a lo lejos


Hay silencio

          hay silencio en la lluvia que cae estrepitosamente sobre el
          techo de lámina
          en nuestro pensamiento hay silencio
          en medio del ruido externo a veces estamos sumergidos
          en el más profundo silencio y cuando de pronto un sonido
          nos arranca de nuestra quietud se nos hace insoportable toda
          voz y todo lo que nos llama nos rompe
          sin embargo a veces rodeados de silencio parecemos estar
          llenos de ruido los pensamientos suenan las manos suenan
          aire crepita y el más dulce rostro es altisonante      el espacio
          se vuelve una enorme caja de resonancia donde golpea sin
          cesar el tiempo
          pero también ocurre que al hablar la voz no suena aunque
          lo pensado parece arañar los vidrios


Rompecabezas

           (él) (ella) busca las piezas pero no las halla se lleva las
           manos a los bolsillos (vacía su bolso) y encuentra sólo
           indicaciones para seguir buscando     cierra los ojos para
           recordar  pero se da cuenta que no ha sabido busca en
           los rincones en los cuartos abandonados de la casa y
           recoge pedazos inservibles de sus piezas y fragmentos
           de las piezas de otros y halla formas ya usadas hurga en
           sus trajes en sus libros y en sus muebles viejos      y sólo
           descubre que la polilla ha trabajado y que la noche ha
           crecido y que su última hora acaba
                     entonces traza en el aire fácilmente la forma de
           su nerviosismo y dirige un saludo a nadie     y observa que
           ha puesto en su lugar las figuras de sus padres y 2 o 3
           atmósferas de amigos y que ha colocado casi todos los
           retratos de su vida desde el primer instante hasta los 28
           años     y piensa que ninguno le falta aunque hay muchas
           presencias sin sitio
           sin embargo despierta a medianoche y grita sin palabras
           creyendo haber encontrado en sí mismo la pieza perdida
           pero al mirarla bien ve que no le sirve que es corcho o
           vidrio o bagatela     y corre a mirar las otras piezas puestas
           y descubre que la central le ha sido robada mientras tanto
           y vuelve a su lecho y sabe que ha pasado un día más y
           que el rompecabezas queda sin hacer


Él tenía un cuarto de silencio

           él tenía un cuarto de silencio sin techo ni suelo ni paredes al
           que sólo su mirada entraba      pues su pensamiento en él
           hacía demasiado ruido.



De: Ajedrez: navegaciones



HOMERO ARIDJIS






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