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palabra virtual

Poesía Contemporánea I    
    Editora del fonograma:    
    Alhambra Longman    
por Fernando Guillén    

    Este poema forma parte del acervo de la audiovideoteca
    de Palabra Virtual

Plegaria


Pido con voz de sangre por mis ojos,
con voz de madre por mis ojos vengo,
con voz crucificada en mis temores
pido, Señor, más luz: ahora espero.

Oye bajo la hierba un soplo herido,
mi voz, Señor, llorando a ras del suelo;
escucha en el perfume de las rosas
el vaho dolorido con que ruego.

Entra más en mi entraña, y que te diga
su profunda razón el sentimiento
inabarcable en mi palabra humana;
pregunta a la raíz de mi silencio.

El aire está florido de un pregusto
de plenitud que enciende el pensamiento,  
y hay un dulzor manado de las cosas
por las que tú mieleas sonriendo.

No es hora de cegar, Señor, la aurora;
que van mis alas a su primer vuelo
sobre una creación ni presentida,
y el hombre que aún no soy viene a mi encuentro.

Déjame ver, Señor; lo necesito.
No he tenido, Señor, apenas tiempo
de andar con gusto y libertad un poco
por este corazón solar que estreno.

Déjame ver el mundo a luz de amores.
Amor alza mis ojos, y al fin veo
con un sentido que no tuvo nunca
vivir mi enamorado entendimiento.

Ayer debí cegar. Tenía el gozo
ensombrecido y enlutado el verbo,
y un granizar de penas asolaba
los campos de esperanza a que amanezco.

Ayer debí cegar. Hoy es temprano;
que la gracia alza nidos en mi pecho,
y me he visto en sus ojos, Dios, y he visto.
Mas si ha de ser, sea en sus brazos ciego.


De: Defensa del hombre



RAMÓN DE GARCIASOL






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