☰ menú
 
palabra virtual

Poesía de la Hispanidad    
    Editora del fonograma:    
    Fidias, S.A.    
por Manuel Dicenta    

    Este poema forma parte del acervo de la audiovideoteca
    de Palabra Virtual

El destierro del Cid (fragmento)


Mio Çid movió de Bivar pora Burgos adeliñado,
assí dexa sus palaçios yermos e desheredados.

De los sos ojos tan fuertemientre llorando,
tornava la cabeça i estávalos catando.
Vio puertas abiertas e uços sin cañados,
alcándaras vázias sin pielles e sin mantos

e sin falcones e sin adtores mudados.
Sospiró mio Çid, ca mucho avie grandes cuidados.
Fabló mio Çid bien e tan mesurado:
"grado a tí, señor padre, que estás en alto!
"esto me an buelto mis enemigos malos".

Allí pienssan de aguijar, allí sueltan las riendas.
A la exida de Bivar ovieron la corneja diestra,
e entrando a Burgos oviéronla siniestra.
Meçió mio Çid los ombros y engrameó la tiesta:
"Albriçia, Álbar Fáñez, ca echados somos de tierra!
"Mas a grand ondra tornaremos a Castiella".

Mio Çid Roy Díaz por Burgos entróve,
En sue compaña sessaenta pendones;
exien lo veer mugieres e varones,
burgeses e burgesas por las finiestras sone,
plorando de los ojos, tanto avien el dolore.
De las sus bocas todos dizían una razóne:

"Dios, qué buen vassallo, si oviesse buen señore!"

Conbidar le ien de grado, mas ninguno non osava:
el rey don Alfonsso tanto avie la grand saña.
Antes de la noche en Burgos dél entró su carta,
con grand recabdo e fuertemientre seellada

que a mio Çid Roy Díaz, que nadi nol diessen posada,
e aquel que gela diesse sopiesse vera palabra
que perdiere los averes e más los ojos de la cara,
e aun demás los cuerpos e las almas.
Grande duelo avien las yentes cristianas;

ascóndense de mio Çid, cal non osan dezir nada.
El Campeador adeliñó a su posada;
así commo llegó a la puorta, fallóla bien çerrada,
por miedo del rey Alfons, que assí lo pararan:
que si no la quebrantás, que no gela abriessen por nada.

Los de mio Çid a altas voces llaman,
los de dentro non les quieren tornar palabra.
Aguijó mio Çid, a la puerta se llegava,
sacó el pie del estribera, una ferídal dava;
non se abre la puerta, ca bien era çerrada.

Una niña de nuef años a ojo se parava:
"Ya Campeador, en buena çinxiestes espada!
"El rey lo ha vedado, anoch dél entró su carta,
"con grant recabdo e fuertemientre seellada.
"Non vos osariemos abrir nin coger por nada;

"si non, perderiemos los averes e las casas,
"e aun demás los ojos de las caras.
"Çid, en el nuestro mal vos non ganades nada;
"mas el Criador vos vala con todas sus vertudes santas."
Esto la niña dixo e tornós pora su casa.

Ya lo vede el Çid que del rey non avie graçia.
Partiós dela puerta, por Burgos aguijava,
llegó a Santa María, luego descavalga;
fincó los inojos, de coraçón rogava.
La oraçión fecha, luego cavalgava;

salió por la puerta e Arlançón passava.
Cabo Burgos essa villa en la glera posava,
fincava la tienda e luego descavalgava.
Mio Çid Roy Díaz, el que en buena çinxo espada,
posó en la glera quando nol coge nadi en casa;

derredor dél una buena conpaña.
Assí posó mio Çid commo si fosse en montaña.
Vedada l′ an conpra dentro en Burgos la casa
de todas cosas quantas son de vianda;
nol osarien vender al menos dinarada.



ANÓNIMO






regresar