☰ menú
 



Angel en marea alta

Ya no extraño
la guerra blasfema de tus miradas.

Aprendí a naufragar,
en la marea alta de mis piernas.

Comprendí que el caracol de tus labios
era un indolente océano.

Después de todo,
me agrada sentir
que en la cotidianidad,
no aparece el borde de tu talle.

Y el fantasma de tus ansias,
no ataca la locura de mis versos.


RENÉ CHACÓN LINARES




regresar