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Muerte hilandera

Cuando los huracanes
son exclusivamente tuyos,
cuando tienen tu sello
y las tormentas
se unen únicamente a ti,
cuando los huracanes
muerden las carreteras
y hacen flotar la intimidad
sin prejuicio alguno
ni resto de virtud.

Entonces,
yo voy creciendo a fuerza de invocarte,
voy devanando el hilo
en las manos inquietas de la muerte,
mientras las nubes cubren lo que pueden
y el alma vuelve a su lugar.

Cuando los huracanes como tú
casi no piensan,
y sin armar la tierra la remueven
buscando acaso dinosaurios,
entonces
me alejo
de los sitios que frecuentas,
de los vientos
que a veces te acompañan
y en la noche me borro.



De: La libertad inútil


CARMEN ALARDÍN




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