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La soñadora de Ávila

Vivo en mi primer morada
de Amadís y de Morgante,
de soñadora y amante
y de estar enamorada.

Os estoy a vuestra espada,
a vuestra voz de diamante;
mas vivo, de tal talante,
sin vos, sin Dios y sin nada.

Por eso, de hoy más, persigo
sobre rocín clavileño
un Dios Andante y amigo.

Y así cumplir el empeño
de tener siempre conmigo
a vos, a Dios y a mi sueño.



De: La noche de Santa Inés


MANUEL PONCE




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