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La rabia...

La rabia es áspera y salada como sangre,
y hay que tragarla tragarla tragarla
para que nadie vea que nadie
¿Vale
la pena?
Saberlo es la grandeza que no tengo.
En este pequeño tiempo de caminos torcidos
nada es pequeño
y sin derecho a la derrota.
Porque no hubo combate
pero sí heridas.





HELENA RAMOS




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