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La última luz

Eres de cielo hacia la tarde, tienes
ya dorada la luz en las pupilas,
como un poco de nieve atardeciendo
que sabe que atardece,
                                            y yo querría
cegar del corazón, cegar de verte
cayendo hacia ti misma,
cayendo hacia avanzar, como la noche
ciega de amor el bosque en que camina
de copa en copa, cada vez más alta,
hasta la rama isleña, sonreída
por la postrera luz,
                                  ¡y sé que avanzas
porque avanza la noche, y que iluminas
tres hojas solas en el bosque!,
                                                        y pienso
que la sombra te hará clara y distinta,
que todo el sol del mundo en ti descansa
¡en ti, la retrasada, la encendida
rama del corazón en la que aún tiembla
la luz, sin sol, donde se cumple el día!




De: Rimas, 1937-1951



LUIS ROSALES




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