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Orden (Poética a la que otros se aplican)



Los poetas prudentes,
como las vírgenes –cuando las había-,
no deben separar los ojos
del firmamento.
¡Oh tú, extranjero osado
que miras a los hombres:
contempla las estrellas!
(El Tiempo, no la Historia.)
Evita
la claridad obscena.
                           Cave canem.)
Y edifica el misterio.
                           Sé puro:
no nombres; no ilumines.
Que tu palabra oscura se derrame en la noche
sombría y sin sentido
lo mismo que el momento de tu vida.



De: Poesía para los que leen prosa
Edición de Miguel Munárriz



ANGEL GONZÁLEZ




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