FRANCISCO DE QUEVEDO | |
Buscas en Roma a Roma, ¡oh, peregrino!, y en Roma misma a Roma no la hallas; cadáver son las que ostentó murallas, y tumba de sí propio el Aventino. Yace donde reinaba el Palatino; y limadas del tiempo, las medallas más se muestran destrozo a las batallas de las edades que blasón latino. ... | |
Erase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una nariz sayón y escriba, érase un peje espada muy barbado. Era un reloj de sol mal encarado, érase una alquitara pensativa, érase un elefante boca arriba, era Ovidio Nasón más narizado. Erase un espolón de ... | |
Descansa, mal perdido en alta cumbre, donde a tantas alturas te prefieres; si no es que acocear las nubes quieres, y en la región del fuego beber lumbre. Ya te padece, grave pesadumbre, tu ambición propia; peso y carga eres de la Fortuna, en que viviendo mueres: ... | |
¡Ay, Floralba! Soñé que te...¿Dirélo? Sí, pues que sueño fue: que te gozaba. ¿Y quién, sino un amante que soñaba, juntara tanto infierno a tanto cielo? Mis llamas con tu nieve y con tu yelo, cual suele opuestas flechas de su aljaba, mezclaba Amor, y honesto las mezclaba, como mi adoración ... | |
Cerrar podrá mis ojos la postrera sombra que me llevare el blanco día, y podrá desatar esta alma mía hora a su afán ansioso lisonjera; mas no, de esotra parte, en la ribera, dejará la memoria, en donde ardía: nadar sabe mi llama la agua fría, y perder el respeto a ley severa. Alma a quien todo ... | |
Huye sin percibirse lento el día y la hora secreta y recatada con silencio se acerca y despreciada lleva tras sí la edad lozana mía. la vida nueva que en niñez ardía, la juventud robusta y engañada, en el postrer invierno sepultada yace entre negra sombra y nieve fría. ... | |
Artificiosa evasión de la muerte, si valiera; pero, entretanto, es ingeniosa | |
Pierdes el tiempo, Muerte, en mi herida, pues quien no vive no padece muerte; si has de acabar mi vida, has de volverte a aquellos ojos donde está mi vida. Al sagrado en que habita retraída, aun siendo sin piedad, no has de atreverte; que serás vida, si llegase a verte, y quedarás de ti desconocida. ... | |
Castiga a los glotones y bebedores, que con los desórdenes suyos aceleran la enfermedad y la vejez | |
Que los años por ti vuelen tan leves, pides a Dios, que el rostro sus pisadas no sienta, y que a las greñas bien peinadas no pase corva la vejez sus nieves. Esto le pides, y borracho bebes las vendimias en tazas coronadas, y para el vientre tuyo las manadas que Abulia pasta son bocados breves. ... | |
Si mis párpados, Lisi, labios fueran, besos fueran los rayos visuales de mis ojos, que al sol miran caudales águilas, y besaran más que vieran. Tus bellezas, hidrópicos, bebieran, y cristales, sedientos de cristales; de luces y de incendios celestiales, alimentando su morir, vivieran. ... | |
Contra los que quieren gobernar el mundo y viven sin gobierno | |
En el mundo naciste, no a enmendarle, sino a vivirle, Clito, y padecerle; puedes, siendo prudente, conocerle; podrás, si fueres bueno, despreciarle. Tú debes, como huésped, habitarle y para el otro mundo disponerle; enemigo de l alma, has de temerle, y, patria de tu cuerpo tolerarle. ... | |
¡Fue sueño ayer; mañana será tierra! ¡Poco antes, nada; y poco después, humo! ¡Y destino ambiciones, y presumo apenas punto al cerco que me cierra! Breve combate de importuna guerra, en mi defensa soy peligro sumo; y mientras con mis armas me consumo, menos me hospeda el cuerpo, ... | |
Dejad que a voces diga el bien que pierdo, si con mi llanto a lástima os provoco; y permitidme hacer cosas de loco: que parezco muy mal amante y cuerdo. La red que rompo y la prisión que muerdo, y el tirano rigor que adoro y toco, para mostrar mi pena son muy poco, si por mi mal de lo que fui ... | |
Del sol huyendo, el mesmo sol buscaba, y al fuego ardiente cuando el fuego ardía; alegre iba siguiendo mi alegría, y fatigado mi descanso hallaba. Fue tras su libertad mi vida esclava, y corrió tras su vida el alma mía; buscaron mis tinieblas a su día, que dando luz al mismo sol andaba. ... | |
Descuido del divertido vivir a quien la muerte llega impensada | |
Vivir es caminar breve jornada y muerte viva es, Lico, nuestra vida, ayer el frágil cuerpo amanecida, cada instante en el cuerpo sepultada. Nada, que siendo, es poco y será nada en poco tiempo que ambiciosa olvida, pues de la vanidad mal persuadida, anhela duración, tierra animada. ... | |
Puto es el hombre que de putas fía, y puto el que sus gustos apetece, puto es el estipendio que se ofrece en pago de su puta compañía. Puto es el gusto, y puta la alegría que el rato putaril nos encarece; y yo diré que es puto a quien parece que no sois puta vos, señora mía. ... | |
Si lo que ofrece el pobre al poderoso, Licas, a logro es don interesado, pues da por recibir, menos cuidado pedigüeño dará por dadivoso. Yo, que mendigo soy, mas no ambiciono, apenas de mi sombra acompañado, con lo que no te doy he disculpado en mi necesidad lo cauteloso. ... | |
Epístola satírica y censoria contra las costumbres presentes de los castellanos... | |
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Un nuevo corazón, un hombre nuevo ha menester, Señor, la ánima mía; desnúdame de mí, que ser podría que a tu piedad pagase lo que debo. Dudosos pies por ciega noche llevo, que ya he llegado a aborrecer el día, y temo que hallaré la muerte fría envuelta en (bien que dulce) . ... | |
¿Qué te ríes, filósofo cornudo? ¿Qué sollozas, filósofo anegado? Solo cumples, con ser recién casado, como el otro cabrón, recién viudo. ¿Una propria miseria haceros pudo cosquillas y pucheros? ¿Un pecado es llanto y carcajada? He sospechado que es la taberna más que lo sesudo. ... | |
Hay mil doncellas maduras que guardan virgos fiambres, hasta que a fuerza de hambres se les van en cataduras. Todas son vírgenes puras, por más aguadas que estén. A ninguno quieren bien, si no las calza y las viste. Lindo chiste. Hay viuda que, por sus pies, ... | |
Poderoso caballero es don Dinero. Madre, yo al oro me humillo: él es mi amante y mi amado, pues, de puro enamorado, de continuo anda amarillo; que, pues, doblón o sencillo, hace todo cuanto quiere, poderoso caballero es don Dinero. Nace en las Indias honrado, donde el mundo le acompaña; ... | |
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Lloro mientras el sol alumbra, y cuando descansan en silencio los mortales torno a llorar; renuévanse mis males, y así paso mi tiempo sollozando. En triste humor los ojos voy gastando, y el corazón en penas desiguales; solo a mí, entre los animales, no me concede paz de Amor el bando. ... | |
Más solitario pájaro ¿en cuál techo se vio jamás, ni fiera en monte o prado? Desierto estoy de mí, que me ha dejado mi alma propia en lágrimas deshecho. Lloraré siempre mi mayor provecho; penas serán y hiel cualquier bocado; la noche afán, y la quietud cuidado, y duro campo de batalla el lecho. ... | |
Memoria inmortal de don Pedro Girón, Duque de Osuna, muerto en la prisión | |
Faltar pudo su patria al grande Osuna, pero no a su defensa sus hazañas; diéronle muerte y cárcel las Españas, de quien él hizo esclava la fortuna. lloraron sus envidias una a una con las propias naciones las extrañas; su tumba son de Flandes las campañas, ... | |
Peligro del que sube muy alto, y más si es por la caída de otro | |
Para, si subes; si has llegado, baja; que ascender a rodar es desatino; mas si subiste, logra tu camino, pues quien desciende de la cumbre, ataja. Detener de Fortuna la rodaja, a pocos concedió poder divino; y si la cumbre desvanece el tino, también tal vez la cumbre se desgaja. ... | |
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Qué imagen de la muerte rigurosa, qué sombra del infierno me maltrata? ¿Qué tirano cruel me sigue y mata con vengativa mano licenciosa? ¿Qué fantasma en la noche temerosa el corazón del sueño me desata? ¿Quién te venga de mí, divina ingrata, más por mi mal que por tu bien hermosa? ... | |
Reconocimiento de la miseria propia y ruego piadoso antes de comulgar | |
Pues hoy pretendo ser tu monumento, porque me resucites del pecado, habítame de gracia, renovado el hombre antiguo en ciego perdimiento. Si no, retratarás tu nacimiento en la nieve de un ánimo obstinado y en corazón pesebre, acompañado de brutos apetitos que en mí siento. ... | |
Rendimiento de amante desterrado que se deja en poder de su tristeza | |
Estas son y serán ya las postreras lágrimas que, con fuerza de voz viva, perderé en esta fuente fugitiva, que las lleva a la sed de tantas fieras. ¡Dichoso yo que, en playas extranjeras, siendo alimento a pena tan esquiva, halle muerte piadosa, que derriba tanto vano edificio de quimeras! ... | |
Represéntase la brevedad de lo que se vive y cuán nada parece lo que se vivió | |
¡Ah de la vida! ¿Nadie me responde? Aquí de los antaños que he vivido; la fortuna mis tiempos ha mordido; las horas mi locura las esconde. ¡Qué sin poder saber cómo ni dónde, la salud y la edad se hayan huido! Falta la vida, asiste lo vivido y no hay calamidad que no me ronde. ... | |
Represéntase la brevedad de lo que se vive y cuán nada parece lo que se vivió | |
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¡Cómo de entre mis manos te resbalas! ¡Oh, cómo te deslizas, edad mía! ¡Qué mudos pasos traes, oh muerte fría, pues con callado pie todo lo igualas! Feroz, de tierra el débil muro escalas, en quien lozana juventud se fía; mas ya mi corazón del postrer día atiende el vuelo, sin mirar las alas. ... | |
Miré los muros de la patria mía, si un tiempo fuertes, ya desmoronados, de la carrera de la edad cansados, por quien caduca ya su valentía. Salíme al campo, vi que el sol bebía los arroyos del yelo desatados, y del monte quejosos los ganados, que con sombras hurtó su luz al día. ... | |
Todo tras sí lo lleva el año breve de la vida mortal, burlando el brío al acero valiente, al mármol frío, que contra el Tiempo su dureza atreve. Antes que sepa andar el pie, se mueve camino de la muerte, donde envío mi vida oscura: pobre y turbio río que negro mar con altas ondas bebe. ... | |
Bien te veo correr, tiempo ligero, cual por mar ancho despalmada nave, a más volar, como saeta o ave que pasa sin dejar rastro o sendero. Yo, dormido, en mis daños persevero, tinto de manchas y de culpas grave; aunque es forzoso que me limpie y lave llanto y dolor, ... | |
Amor me tuvo alegre el pensamiento, y en el tormento lleno de esperanza, cargándome con vana confianza los ojos claros del entendimiento. Ya del error pasado me arrepiento; pues cuando llegue al puerto con bonanza, de cuanta gloria y bienaventuranza el mundo puede darme, ... | |
Si dios eres, Amor, ¿cuál es tu cielo? Si señor, ¿de qué renta y de qué estados? ¿Adónde están tus siervos y criados? ¿Dónde tienes tu asiento en este suelo? Si te disfraza nuestro mortal velo, ¿cuáles son tus desiertos y apartados? Si rico, ¿do tus bienes vinculados? ¿Cómo te veo desnudo ... | |
Signifícase la propia brevedad de la vida sin pensar y con padecer, salteada de la muerte | |
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Yo te untaré mis obras con tocino, porque no me las muerdas, Gongorilla, perro de los ingenios de Castilla, docto en pullas, cual mozo de camino. Apenas hombre, sacerdote indino, que aprendiste sin christus la cartilla; chocarrrero de Córdoba y Sevilla, y, en la Corte, bufón a lo divino. ... | |
Las fuerzas, Peregrino celebrado, afrentará del tiempo y del olvido el libro que, por tuyo, ha merecido ser del uno y del otro respetado. Con lazos de oro y yedra acompañado, el laurel con tu frente está corrido de ver que tus escritos han podido hacer cortos los premios que te ha dado. ... | |
Es hielo abrasador, es fuego helado, es herida que duele y no se siente, es un soñado bien, un mal presente, es un breve descanso muy cansado.Es un descuido que nos da cuidado, un cobarde, con nombre de valiente, un andar solitario entre la gente, un amar solamente ser amado. Es una libertad ... | |
La mayor puta de las dos Castillas yace en este sepulcro, y, bien mirado, es justo que en capilla esté enterrado cuerpo que fue sepulcro de capillas. Sus penitencias no sabré decillas, pues de correas sin número cantado tan bien con el cordel se ha meneado, que vino a los gusanos hecha astillas. | |
Un casado se ríe del adúltero que le paga el gozar con susto lo que a él le sobra | |
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Mal oficio es mentir, pero abrigado: eso tiene de sastre la mentira, que viste al que la dice; y aun si aspira a ppuesto el mentiroso, es bien premiado. Pues la verdad amarga, tal bocado mi boca escupa con enojo y ira; y ayuno el verdadero, que suspira, invidie mi pellejo bien curado. ... |