GONZALO ROJAS | |
Cualquiera sea la vibración uno es de estiércol y envejece por las puntas, el responsable es el aroma terso de la piel que no está bien curtida para un uso glorioso, ¿qué haremos este diciembre, exactamente este veinte de diciembre, qué haremos a las dos de la mañana recién paridos ... | |
¿A qué mentirnos? Vivimos, gran Quevedo, vivimos tiempo que ni se detiene, ni tropieza, ni vuelve. ¿A qué mentirnos con la llama del perfume, con la noche moderna de los cinematógrafos, antesalas terrestres del sepulcro? Pongamos desde hoy el instrumento en nuestras manos. ... | |
De las 300.000 palabras que habré pronunciado hasta la fecha, a contar del miércoles 14 de mayo de mil novecientos treinta y ocho, hay 3 que se han perdido; las otras andarán por ahí volando de oreja en oreja zumbando como avispas en la ritualidad inacabable del acoplamiento, ... | |
El peligro está en la sí- laba de la que sale sangre su- cia a medio coagular por descui- do, ¿y la carta arácnida, qué fue de esa tela? Los andaluces dicen tela por arcángel. Me acuerdo de ella, la oigo sollozar. De El alumbrado | |
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Ya no se dice oh rosa, ni apenas rosa sino con vergüenza; ¿con vergüenza a qué?, ¿a exagerar unos pétalos, la hermosura de unos pétalos? Serpiente se dice en todas las lenguas, eso es lo que se dice, serpiente para traducir mariposa porque también la frágil está proscrita del paraíso. ... | |
Al fondo de todo esto duerme un caballo blanco, un viejo caballo largo de oído, estrecho de entendederas, preocupado por la situación, el pulso de la velocidad es la madre que lo habita: lo montan los niños como a un fantasma, lo escarnecen, y él duerme durmiendo parado ahí en la lluvia, ... | |
Oh voz, única voz: todo el hueco del mar, todo el hueco del mar no bastaría todo el hueco del cielo, toda la cavidad de la hermosura no bastaría para contenerte, y aunque el hombre callara y este mundo se hundiera oh majestad, tú nunca, tú nunca cesarías de estar en todas partes, ... | |
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Esa vez que murió Breton nos juntamos todos a bailar. ¡Por Nadja! decíamos tirando al aire las copas contra las estrellas, y él miraba la farsa y daba cuerda a su reloj de polvo:Es que no hay Eternidad, muchachos, es que no hay Eternidad . | |
Por un Gonzalo hay otro, por el que sale hay otro que entra, por el que se pierde en lo áspero del páramo hay otro que resplandece, nombre por nombre, otro hijo del rayo, con toda la hermosura y el estrépito de la guerra, por un Gonzalo veloz hay otro que salta encima del caballo, ... | |
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A Hilda, mi centaura Más que por la A de amor estoy por la A de asma, y me ahogo de tu no aire, ábreme alta mía única anclada ahí, no es bueno el avión de palo en el que yaces con vidrio y todo en esas tablas precipicias, adentro de las que ya no estás, tu esbeltez ya no está, ... | |
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Veo un río veloz brillar como un cuchillo, partir mi Lebu en dos mitades de fragancia, lo escucho, lo huelo, lo acaricio, lo recorro en un beso de niño como entonces, cuando el viento y la lluvia me mecían, lo siento como una arteria más entre mis sienes y mi almohada. ... | |
1. Poca confianza en el XXI, en todo caso algo pasará, morirán otra vez los hombres, nacerá alguno del que nadie sabe, otra física en materia de soltura hará más próxima la imantación de la Tierra de suerte que el ojo ganará en prodigio y el viaje mismo será vuelo mental, no habrá estaciones, ... | |
Repita usted siete veces: no hay rata curativa y sanará, repita, repita, hasta que las palomas salgan volando del pantano y aparezca Lautréamont como por encanto riendo sin paraguas ni mesa de disección, ¡pamplina el azar!, el juego es otro y no se sabe cuál, no hay belleza convulsiva ... | |
Juro que esta mujer me ha partido los sesos, porque ella sale y entra como una bala loca, y abre mis parietales, y nunca cicatriza, así sople el verano o el invierno, así viva feliz sentado sobre el triunfo y el estómago lleno, como un cóndor saciado, así padezca el látigo del hambre, ... | |
Una cosa le pido, sea todo lo cruel pero no me diga cuídese el gesto es feo, en una despiadada como usted ese gesto es feo, se nota el cuchillo en lo taimado del teléfono. Además, de qué voy a cuidarme sino de usted, arriverderla, corto. De: ¿Qué se ama cuando se ama? | |
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Cítara mía, hermosa muchacha tantas veces gozada en mis festines carnales y frutales, cantemos hoy para los ángeles, toquemos para Dios este arrebato velocísimo, desnudémonos ya, metámonos adentro del beso más furioso, porque el cielo nos mira y se complace ... | |
1) Busco un pelo; entre lo innumerable de este Mundo busco un pelo disperso en la quebrazón, longilíneo de doncellez correspondiente a grande figura de muchacha grande, pies castísimos con uñas pintadas por el rey, airosos los muslos de la esbeltez dual, en ascenso más bien secreto, ... | |
Me arranco las visiones y me arranco los ojos cada día que pasa. No quiero ver ¡no puedo! Ver morir a los hombres cada día. Prefiero ser de piedra, estar oscuro, a soportar el asco de ablandarme por dentro y sonreír a diestra y siniestra con tal de prosperar con mi negocio. ... | |
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Volviendo sobre una línea de Cortázar, las mujeres cómo recaen. Man Ray hizo la foto: lomo largo con todas las vértebras preciosas a la vista y ella cayendo flexible en el encantamiento, flaca la pelirroja, lista para la otra pasarela del placer, los tirantes por allá, las medias disparadas, ... | |
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Muslo lo que toco, muslo y pétalo de mujer el día, muslo lo blanco de lo traslúcido, U y mas U, y mas y más U lo último debajo de lo último, labio el muslo en su latido nupcial, y ojo el muslo de verlo todo, y Hado, sobre todo Hado de nacer, piedra de no morir, muslo: ... | |
Entonces nos colgaron de los pies, nos sacaron la sangre por los ojos, con un cuchillo nos fueron marcando en el lomo, yo soy el número 25.003 nos pidieron dulcemente, casi al oído, que gritáramos viva no sé quién. ... | |
Desde mi infancia vengo mirándolas, oliéndolas, gustándolas, palpándolas, oyéndolas llorar, reír, dormir, vivir; fealdad y belleza devorándose, azote del planeta, una ráfaga de arcángel y de hiena que nos alumbra y enamora, y nos trastorna al mediodía, al golpe de un íntimo ... | |
Cumplo con informar a usted que últimamente todo es herida: la muchacha es herida, el olor a su hermosura es herida, las grandes aves negras, la inmediatez de lo real y lo irreal tramados en el fulgor de un mismo espejo gemidor es herida, el siete, el tres, todo, cualquiera de estos números ... | |
Consideremos que la imaginación fuera una invención como lo es, que esta gran casa de aire llamada Tierra fuera una invención, que este espejo quebradizo y salobre ideado a nuestra imagen y semejanza llegara más lejos y fuera la invención de la invención, que mi madre muerta y sagrada ... | |
A mi Gonzalo hijocon sus ojos abiertosdesde antes. Las galaxias estaban prácticamente en contacto hace seis mil millones de años, y los gallos de Einstein cantan desde otras cumbres pero nadie los oye. Leamos en el cielo libremente el origen. Tú que vienes llegando con octubre gozoso ... | |
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En cuanto a la imaginación de las piedras casi todo lo de carácter copioso es poco fidedigno: de lejos sin discusión su preñez animal es otra, coetáneas de las altísimas no vienen de las estrellas, su naturaleza no es alquímica sino música, pocas son palomas, casi todas son bailarinas, ... | |
Muchacha imperfecta busca hombre imperfecto de 32, exige lectura de Ovidio, ofrece: a) dos pechos de paloma, b) toda su piel liviana para los besos, c) mirada verde para desafiar el infortunio de las tormentas; no va a las casas ni tiene teléfono, acepta imantación por pensamiento. ... | |
Se dirá en el adiós que amé los pájaros salvajes, el aullido cerrado ahí, tersa la tabla de no morir, las flores: aquí yace Gonzalo cuando el viento, y unas pobres mujeres lo lloraron. De: Poesía chilena contemporánea- Breve Antología Crítica | |
¿De dónde habrá salido este zapato de mujer, enterrado vivo entre el cerezo y el espectáculo del cerezo? Alguna vez hubo uñas de diamante ahí de un pie libertino en diálogo con el otro del que no hay noticia. Ocioso ahora duerme su desamparo en el pasto a medio fulgor, ... | |
Fax con ventolera y una rosa, hoy salió de esto Rojas -Gonzalo como le pusieron en el agua-, iba solo, no hay epitafio que escribir en cuanto a su suerte, ni cuerpo que respirar, escasamente se dirá de él que vino rápido y ha salido, que ya no está entonces, que no hay estrellas para él, ... | |
Guardo en casa con llave a las dos serpientes dinásticas en trinche aparte: Prorsa (así le puso Stendhal) es más larga y sigilosa, más ondulante Versa; las dos vuelan como cisnes cuando les pido que hagan su ballet en el aire por la noche; de día más bien duermen dobladas en siete, ... | |
En cuanto al cuchillo todo lo más corta, despúes veremos dice el sollozo de la posesa, me voy, me voy a mis tablas. Lluvia y mas lluvia seca sin parar. | |
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Señores del jurado, ahí les mando de vuelta en automóvil nupcial a esa mujer que no me es, escasa de encantamiento, puro pelo ronco abajo, ahí van las dos ubres testigas ya usadas por múltiple palpación sucia de otras neutras de su especie que no dan para calipigias, ... | |
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Por culpa de nadie habrá llorado esta piedra. Habrá dormido en lo aciago de su madre esta piedra precipicia por unimiento cerebral al ritmo de donde vino llameada y apagada, habrá visto lo no visto con los otros ojos de la música, y así, con mansedumbre, acostándose ... | |
Me enamoré de ti cuando llorabas a tu novio, molido por la muerte, y eras como la estrella del terror que iluminaba al mundo. Oh cuánto me arrepiento de haber perdido aquella noche, bajo los árboles, mientras sonaba el mar entre la niebla y tú estabas eléctrica y llorosa bajo la tempestad, ... | |
Piedad entonces por la sutura de su vientre: a usted la conocí bíblicamente allá por marzo del 98 en la ventolera de algún film de antes, ciego y torrencial a lo Joan Crawford, las cejas en arco, cierta versión eléctrica de los ojos, el camouflage del no sé, el hechizo esquizo, ... | |
De unos años a esta parte veo una viruta de luz a la altura de la fosa izquierda entre la aleta de la nariz y el ojo, de repente parece obsesión pero no es obsesión, le hablo y vuela, por el fulgor es como un cuchillo. No, no es mariposa, tiene algo de mariposa pero no es mariposa. ... | |
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Eléctricas, desnudas en el mármol ardiente que pasa de la piel a los vestidos, turgentes, desafiantes, rápida la marea, pisan el mundo, pisan la estrella de la suerte con sus finos tacones y germinan, germinan como plantas silvestres en la calle, y echan su aroma duro verdemente. ... | |
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Leo en un mismo aire a mi Catulo y oigo a Louis Armstrong, lo reoigo en la improvisación del cielo, vuelan los ángeles en el latín augusto de Roma con las trompetas libérrimas, lentísimas, en un acorde ya sin tiempo, en un zumbido de arterias y de pétalos para irme ... | |
Te decía en la carta que juntar cuatro versos no era tener el pasaporte a la felicidad timbrado en el bolsillo, y otras cosas más o menos serias como dándote a entender que desde antiguamente soy tu cómplice cuando bajas a los arsenales de la noche y pones toda tu alma ... | |
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Lo prostituyen todo con su ánimo gastado en circunloquios. Lo explican todo. Monologan como máquinas llenas de aceite. Lo manchan todo con su baba metafísica. Yo los quisiera ver en los mares del sur una noche de viento real, con la cabeza vaciada en el frío, ... | |
- Entre una y otra sábana o, aún más rápido que eso en un mordisco, nos hicieron desnudos y saltamos al aire ya feamente viejos, sin alas, con la arruga de la tierra. | |
Cómo fornicarán felices las mariposas en el césped oliendo de aquí para allá a Dios sin que vaca alguna muja encima de su transparencia, jugando a jugar un juego vertiginoso a unos pasos blancos del cementerio con el mar del verano zumbando allá abajo ocio y maravilla. ... | |
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Ningunos niños matarán ningunos pájaros, ningunos errores errarán, ningunos cocodrilos cocodrilearán a no ser que el juego sea otro y Matta, Roberto Matta que lo inventó, busque en el aire a su hijito muerto por si lo halla a unos tres metros del suelo elevándose: yéndose de esta gravedad. ... | |
No escribas diez poemas a la vez parece decirme la lectora, escribe cuatro: uno a mis ojos, otro a mis axilas de perra, otro al Dios que hay en mí en lo sagrado de los meses, y si te queda tiempo no escribas el último, ponte en mi caso, estoy tan triste, llena de hombre, con tanta vibración ... | |
No le copien a Pound, no le copien al copión maravilloso de Ezra, déjenlo que escriba su misa en persa, en cairo-arameo, en sánscrito, con su chino a medio aprender, su griego translúcido de diccionario, su latín de hojarasca, su libérrimo Mediterráneo borroso, nonagenario el artificio ... | |
Así que me balearon la izquierda, ¡lo que anduve con esta pierna izquierda por el mundo! Ni un árbol para decirle nada, y víboras, y víboras, víboras como balas, y agárrenlo y reviéntenlo, y el asma, y otra cosa, y el asma, y son las tres. Y el asma, el asma, el asma. Así que son las tres, ... | |
Algunos árboles son transparentes y saben hablar varios idiomas a la vez, otros algebraicos dialogan con el aire al grave modo de las estrellas, otros parecen caballos y relinchan,hay entre todos esos locos tipos increíbles por lo sin madre, les basta el acorde de la niebla. ... | |
Hombre es baile, mujer es igualmente baile, duran 60, tiran diez mil noches, echan 10 hijos y en cuanto al semen ella se lava el corazón con semen, huele a los hijos, a su hombre remoto lo huele con nariz caliente, ya difunto. ... | |
Ay de las bellas que quisieron devorar un día con su fulgor al mísero poeta. El fingidor por inocente que parezca es duro y no transa: primero encumbra a la figura, después la desencumbra y desfigura para finalmente transfigurarla. Total, de la mortal no queda nada. Tampoco del poeta. ... | |
Bonito el color del pelo de esta señorita, bonito el olor a abeja de su zumbido, bonita la calle, bonitos los pies de lujo bajo los dos zapatos áureos, bonito el maquillaje de las pestañas a las uñas, ... | |
Anoche te he tocado y te he sentido sin que mi mano huyera más allá de mi mano, sin que mi cuerpo huyera, ni mi oído: de un modo casi humano te he sentido. Palpitante, no sé si como sangre o como nube errante, por mi casa, en puntillas, oscuridad que sube, oscuridad que baja, ... | |
1. Lo que pasa con el gran lárico es que nació muerto de sed y no la ha saciado, ni aun muriéndose la ha saciado, ni aun yéndose barranco abajo en Valparaíso este lunes, ni aun así la ha saciado dipso y mágico hasta el fin entre los últimos alerces que nos van quedando, ... | |
Tan bien que estaba entrando en la escritura de mi Dios esta mano, el telar secreto, y yo dejándola ir, dejándola sin más que urdiera el punto del ritmo, que tocara y tocara el cielo en su música como cuando las nubes huyen solas en su impulso abierto arriba, de un sur a otro, ... | |
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Ya todo estaba escrito cuando Vallejo dijo: -Todavía. Y le arrancó esta pluma al viejo cóndor del énfasis. El tiempo es todavía, la rosa es todavía y aunque pase el verano, y las estrellas de todos los veranos, el hombre es todavía. Nada pasó. Pero alguien que se llamaba César ... | |
¿Qué se ama cuando se ama? ¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes, o este sol colorado que es mi sangre furiosa ... | |
Mala suerte acostarse con fenicias, yo me acosté con una en Cádiz bellísima y no supe de mi horóscopo hasta mucho después cuando el Mediterráneo me empezó a exigir más y más oleaje; remando hacia atrás llegué casi exhausto a la duodécima centuria: todo era blanco, ... | |
rojasgonzalo@difícil la situación tuya Ajmátova Anna Ajmátova Respuesta a ras de arrullo virtual: entendido descifrado e-mail hermoso a escala de amor hermoso fechado hoy en Monterrey, un beso, ¿dónde queda Monterrey? Alabado sea México porque es esdrújulo como el Hado, ... | |
Sucio fue el día de la mariposa muerta. Acerquémonos a besar la hermosura reventada y sagrada de su pétalos que iban volando libres, y esto es decirlo todo, cuando sopló la Arruga, y nada sino ese precipicio que de golpe, y únicamente nada. Guárdela el pavimento salobre ... | |
Siempre estará la noche, mujer, para mirarte cara a cara, sola en tu espejo, libre de marido, desnuda con la exacta y terrible realidad del gran vértigo que te destruye. Siempre vas a tener tu noche y tu cuchillo, y el frívolo teléfono para escuchar mi adiós de un solo tajo. ... | |
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1. La Cerrazón Amé a una muchacha de vidrio transparente y bestial este verano, adoré su nariz, su largo pelo negro hizo estragos en mi concupiscencia, era, ¿cómo decirlo? Olfato y piel, toda ella era olfato y piel, la envolvía una especie de aura histérica en cuanto era por lo menos dos, ... | |
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Tú llorarás a mares tres negros días, ya pulverizada por mi recuerdo, por mis ojos fijos que te verán llorar detrás de las cortinas de tu alcoba, sin inmutarse, como dos espinas, porque la espina es la flor de la nada. Y me estarás llorando sin saber por qué lloras, sin saber quién se ha ido: ... | |
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Por mucho que la mano se me llene de ti para escribirte, para acariciarte como cuando te quise arrancar esos pechos que fueron mi obsesión en la terraza donde no había nadie sino tú con tu cuerpo, tú con tu corazón y tu hermosura, y con tu sangre adentro que te salía blanca, ... | |
Entonces para la pintar voy a inventar a una mujer llamada Ana de Murcia por lo bíblico y azafrán del nombre, voy mariposa de una vez a escribirla en el aire ciego como habría hecho Borges de Buenos Aires con aroma y aceite de Chagall hasta quedar pasado a Chagall de ver ... | |
Tomad vuestro teléfono y preguntad por ella cuando estéis desolados, cuando estéis totalmente perdidos en la calle con vuestras venas reventadas, sed sinceros, decidle la verdad muy al oído. Llamadla al primer número que miréis en el aire escrito por la mano del sol que os transfigura. ... | |
D 8242;accord, puestas al fuego todas las mujeres son pelirrojas, Teresa de Jesús es pelirroja, Safo, Emily Brontë es pelirroja, Magdalena de Magdala, tres de las nueve hijas de Mnemósine y Zeus son pelirrojas, Euterpe, Melpómene,Terpsícore por no decir todas las novias de la locura nacidas ... | |
I ¿Sabes cómo escribo cuando escribo? Remo en el aire, cierro las cortinas del cráneo-mundo, remo párrafo tras párrafo, repito el número XXI por egipcio, a ver si llego ahí cantando, los pies alzados hacia las estrellas, II Del aire corto tres rosas amarillas bellísimas, ... | |
Una vez el azar se llamó Jorge Cáceres y erró veinticinco años por la tierra, tuvo dos ojos lúcidos y una oscura mirada, y dos veloces pies, y una sabiduría, pero anduvo tan lejos, tan libremente lejos que nadie vio su rostro. Pudo ser un volcán, pero fue Jorge Cáceres esta médula viva, ... | |
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La que duerme ahí, la sagrada, la que me besa y me adivina, la translúcida, la vibrante, la loca de amor, la cítara alta: tú, nadie sino flexiblemente tú, la alta, en el aire alto del aceite original de la Especie: tú, la que hila en la velocidad ciega del sol: tú, la elegancia de tu presencia ... |