GUILLERMO VALENCIA | |
De cigueñas la tímida bandada recogiendo las alas blandamente paró sobre la torre abandonada a la luz delcrepúsculo muriente; hora en que el mago de feliz paleta vierte bajo la cúpula radiante pálidos tintes de fugaz violeta que risa con su soplo el aura errante. Esas aves me inquietan: ... | |
Hay un instante del crepúsculo en que las cosas brillan más, fugaz momento palpitante de una morosa intensidad. Se aterciopelan los ramajes, pulen las torres su perfil, burila un ave su silueta sobre el plafond de zafiro. Muda la tarde, se concentra para el olvido de la luz, y la penetra un don ... | |
Vestía traje suelto de recamado biso en voluptuosos pliegues de un color indeciso, y en el diván tendida, de rojo terciopelo, sus manos, como vivas parásitas de hielo, sostenían un libro de corte fino y largo, un libro de poemas delicioso y amargo. De aquellos dedos pálidos la tibia yema blanda ... | |
Dos lánguidos camellos, de elásticas cervices, de verdes ojos claros y piel sedosa y rubia, los cuellos recogidos, hinchadas las narices, a grandes pasos miden un arenal de Nubia. Alzaron la cabeza para orientarse, y luego el soñoliento avance de sus vellosas piernas bajo el rojizo dombo ... |