GASPAR NÚÑEZ DE ARCE | |
Oh, eterno amor, que en tu inmortal carrera das a los seres vida y movimiento, con qué entusiasta admiración te siento, aunque invisible, palpitar doquiera! Esclava tuya, la creación entera se estremece y anima con tu aliento; y es tu grandeza tal, que el pensamiento te proclamara Dios si Dios ... | |
Cuando el ánimo ciego y decaído la luz persigue y la esperanza en vano; cuando abate su vuelo soberano como el cóndor en el espacio herido; cuando busca refugio en el olvido que le rechaza con helada mano; cuando en el pobre corazón humano el tedio labra su infecundo nido; ... | |
Nació una flor al pie de unas ruinas donde no la vio nadie: el sol no más, desde su eterna altura, supo que aquella flor vivió una tarde. Así fue mi destino; vegetando en la aridez de amargas soledades, oculta en su dolor, vive mi alma. ¡Dios sólo de ella sabe! |