FINA GARCÍA MARRUZ | |
No es que le falta el sonido, es que tiene el silencio. | |
Como irrumpen atropelladas, sin medida, las razones de un hombre tímido, se agolpan esas cuatro o cinco notas primeras, se contraen un instante inmedible, y luego se remansan, persuasivas como una declaración de amor, que se fuera tornando una rara despedida. ... | |
¿De qué silencio eres tú silencio? ¿De qué silencio eres tú silencio? ¿De qué voz, qué clamor, qué quién responde? Abismo del azul, ¿qué hacemos en tu seno, hijos de la palabra como somos? ¿Qué tienes tú que ver, di, con nosotros? ¿Cómo si eres ajeno, así nos tientas? ¿Habría sed de no haber ... | |
Qué raro es el amor, qué raro aun entre amantes que se aman, aun en el seno de la casa materna, la entrañable, qué instante tan raro aquel en que él irrumpe de otro modo, súbito como un golpe, el amor dentro del amor, qué raro ese minuto de compasión total, pura, sin causa, sin posible ... | |
| |
| |
La banda gigante, como los alones de su sombrero provocador al frente, quiere romper, inaugurar lo enorme. (Lo enorme, cariñosamente, brilla). ¡La banda gigante, como las ligas gigantes, el teipe en la pelota, el batazo en lo azul un descampado de Domingo! ¡La banda gigante, ... | |
¿Por qué, Señora, el aire, el desafío, pierna y botín robustos y pecho de paloma? ¿Por qué, conquistadora, sobre los raros farallones de desiguales ángulos te empinas, desdeñando abajo el foso oscuro de las aguas? Castillo de la Fuerza, Giraldilla, tu donaire y victoria. ... | |
No, no, memoria del pasado día vengas sobre este sol y césped santo. No vuelva yo a invocar refugio tanto de lo que así se crece en despedida. Quédeme tu intemperie y mi porfía de caer, de volver de nuevo a alzarme, no la raída pasamanería que alza mi polvo y que tu luz deshace. ... | |
Ah, sabias cucharas, tenedores de madera, nobles jarros, aprenda vuestras texturas, vuestras fieles y viejas amistades con el fuego de la tarde y los aposentos más íntimos de la casa, ah, mis sobrevivientes, os miro, extrañamente consolada por esa fidelidad que nos ... | |
Nada entiendo, Señor, di lo que he sido. Virgen es todo acto, el más impuro. Yo no puedo llegar a esos oscuros ángeles que he engendrado y que he movido Acto, reminiscencia de lo puro, que tan sólo una vez es poseído. ¡Oh su extraña inocencia en lo perdido, que espera tus nevados ... | |
| |
Uno vuelve a subir las escaleras de su casa perdida (ya no llevan a ningún sitio), alguien nos llama con una voz querida, familiar. Pero ya no hace falta contestarle. La voz sola nos llama, suficiente, cual si nada pudiera hacerle daño, en el pasillo inmenso. Una lluvia que no puede mojarnos, ... | |
Y sin embargo sé que son tinieblas las luces del hogar a que me aferro, me agarro a una mampara, a un hondo hierro y sin embargo sé que son tinieblas. Porque he visto una playa que no olvido, la mano de mi madre, el interior de un coche, comprendo los sentidos de la noche, ... |