CARMEN GONZÁLEZ HUGUET | |
Aire sólo, fervor que callo y digo, palabra que te nombra y te delata, que te eleva en su vuelo o te maniata: en mi boca te encierro o te prodigo. Te dejo a la intemperie o al abrigo, te guardo en ventisquero o en fogata. Pródiga, codiciosa catarata, vas en mi labio como fiel testigo ... | |
Amor, eres lo único que tengo, agua que entre mis dedos se diluye, que cuanto más persigo, más me huye, por más que mi penar sin fin prevengo. Tenaz tormento que al latir sostengo, casa en la arena que el azar destruye. Lunar marea, medra y disminuye la herida de vivir ... | |
Brasa en la llaga, sal en cada herida, sombra en el sol, carámbano en el fuego, río de luz que fluye en ojo ciego, brújula encandilada y confundida. Vas en mis venas como va la vida en el ardor oculto que trasiego y afirmas en mi pecho lo que niego con la voz traicionada y malherida. ... | |
Morir no hiere tanto. Nos hiere más vivir... ...Un triunfo puede ser de diferentes clases. Hay un triunfo en la estancia en que esa vieja emperatriz, la Muerte, por la fe es derrocada. Triunfa el entendimiento más fino cuando avanza, con calma, la Verdad... EMILY DICKINSONPara saberme ... | |
Hoy puedo imaginar el futuro sin ti. Pero no me interesa. Sola, he caminado sin tus manos. Lejos de este refugio dulce de tus brazos, reconocí la envergadura de mis alas, dónde llega mi límite y mi aliento. Ya no me engaño. Sé que te he necesitado desesperadamente. Puedo vivir sin ti, ... | |
Ay, los de siempre habrán de repetir hasta la saciedad aquello de que toda debilidad tiene en nosotras su morada. No creas una palabra. Nadie le otorgaría la pesada contienda que libramos contra la muerte a manos menos diestras, a cuerpos menos fuertes, a mentes menos claras. Somos las que ... | |
Sin embargo, ningún oprobio ha conseguido quitarnos el caudal de la ternura. Somos más fuertes porque en el desierto del odio no dejamos que se secara el agua del afecto. Porque a pesar de heridas y de afrentas la piel del alma la tenemos suave para seguir amando. Si nos hemos doblado ... | |
Allá, donde los caminos se borran, Donde acaba el silencio, Invento... La mente que me concibe, La mano que me dibuja, El ojo que me descubre. Invento al amigo que me inventa, Mi semejante... Contra el silencio y el bullicio invento la Palabra, Libertad que se inventa ... | |
I Amor que desazonas lo que tocas y que al fuego le das color de olvido, al gozo lo traduces en gemido y la alegría en aflicción trastocas. ¿Por qué la reciedumbre de las rocas no traduces en suave y tibio nido, y del profundo mar enardecido la furia entre tus brazos no sofocas? ... | |
XI ¡Arder, arder, si entre tus manos fuera, qué caricia tan dulce de la llama! ¡Qué suavidad del fuego que en la rama es encendida y clara primavera! ¡Quién pudiera en el centro de la hoguera ser la vegetación en que se inflama y ser la voz de luz con que nos llama a arder ... | |
Territorios de harina levantados tan sólo en homenaje al paladar del hambre, no a la gula. Casa donde jamás entró a medrar molicie ni pereza. Esfuerzo derramado inacabable desde el primer hervor del alba hasta el primer lucero de la tarde. María con su cántaro repleto. ... | |
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Un lento derramarse, un cielo en fuga, un crepúsculo muerto sobre el agua. Una raíz de sal que te sumerge en la hondura más negra de su grito. El agua viene y lame cada orilla con su lengua de cántico y caricia y amortigua la luz su llaga inmóvil para no herir la entraña de la tarde. Sobre cada colina ... | |
Dicen, suspiran, nombran, llaman, cantan. Arrullan o se agitan, iracundas, dan nombre al mundo y al nombrarlo crean la realidad feroz de su quimera. Tú te marchas. Te vas, pero se quedan tus manos en mi ser, me reconocen como dulce extensión de las caricias. Soy suya. Me poseen, ... | |
Sedienta de tus vértigos a gritos, del remolino mutuo que se bebe juntos la sed, el agua, la marea de la ebriedad... Dos cuerpos enlazados bebiéndose la vida a borbotones, saciando el agua, abriendo la frontera donde pueda la sed seguir viviendo. Más allá de la luz, yo te deseo cada vez ... | |
¿Qué puedo hacer con este mar indócil que agita sus oleajes en mi pecho? ¿Cómo se emplea una marea inútil de besos que no encuentran otra boca? ¿Adónde voy con la ternura sola que se pudre en mis manos sin objeto? ¿Qué destino le espera a los abrazos cuando sólo la noche nos estrecha? ... | |
La sierva. Nunca amante, ni amada, ni la amorosa compañera, ni la amiga. Nunca la igual, sino la subalterna. La mejilla ofendida. La carne doblegada. La humillación servil. Las manos y la voz encarceladas por el miedo. La que dibuja sumisión disfrazando de amor el cruel despecho. ... | |
Locuramor gritando su batalla, nbsp; nbsp; nbsp; nbsp; nbsp; nbsp; nbsp; nbsp; nbsp; nbsp;desde un cielo sin luz, inexpresado. nbsp; nbsp; nbsp; nbsp; nbsp; nbsp; nbsp; nbsp; nbsp; nbsp;Me creciste de pronto en el costado . ... | |
VI Las líneas en las palmas de mis manos Me confunden los ríos del destino Y sé que de cordura y desatino Se componen mis pasos, tan humanos. De designios remotos y cercanos Se teje el derrotero del camino Y en cada esquina de la luz doctrino Los frutos inmaduros o lozanos. ... | |
Un beso del espacio huyendo herido, un beso del relámpago sujeto, un colibrí diluído, un cielo inquieto, un incendio de mar estremecido. Párpado del celaje detenido en el margen del tiempo y del secreto, ensueño de turquesa, humo concreto en eterno momento desasido. ... | |
...y no halle cosa en que poner los ojos que no fuera recuerdo de la muerte QuevedoI Es la sombra que viene, La garra preparada Para el golpe certero, La mirada en alerta Que busca, sigue, acecha. Nada se escapa al ojo Implacable y absorto. Nada al cruel arrebato. ... | |
Para Yadira Calvo Porque el blanco odia al negro Porque el amo teme al esclavo Porque el ladino necesita al indio Porque somos distintas Porque no débiles Porque lúcidas Porque el deseo Porque somos malas y bellas como Satán Porque irracionales ... | |
Tú miras. Desde lejos ves el dulce universo que diriges. Y mis labios perplejos con tanta vida afliges, y entre todo temblor, mi pecho eliges Sara de Ibáñez I Este amor que construyo en tu alabanza y que habita en tu casa de rumores no nada en oropeles, ni esplendores, ... | |
La noche viene de la noche. Todo lo ciega en sus pupilas...José Roberto Cea I Oscuro como el fuego, oscuro, oscuro: Derramada en la noche tu hermosura, como una larga llamarada oscura, como un vuelo de cuervo, hostil y duro. Sombrío, triste, anónimo, inseguro. ... | |
I Mi delicada flor se abre. Tu luz penetra: Gozo. II Soy la aguja, Tú el hilo: Borda. III Este es mi cuerpo. Este El río de mi sangre. Te envuelvo en él, sumerges Tu propio río oculto. Naces de nuevo, Sales hacia el mundo. En mí Crece la dicha. IV Todo sale de mí. Doy a luz a este mundo ... | |
Rosario dixit No es el reptil que tienta con su boca ávida desde el viejo manzano del bien y el mal. Ni Lilith, ni una de tantas nefandas encarnaciones del pecado. Ni vedette proletaria, ni siquiera la devaluada y tropical sacerdotisa de Venus con que desean confundirla sus dizque adoradores. ... | |
Tu cuerpo de sí mismo se desataY cae y se dispersa tu blancuraY vuelves a ser agua y tierra oscura. Octavio PazWabinurebaMi wo ukigusa noNe wo taeteSasou mizu arebaInamu to zo omou(Estoy tan solaMi cuerpo es una hierba que flotacortada de raíz.Si el agua me sedujera ... | |
Tallo fecundo, de botón florido con cálida corola coronado, clavel triunfante, fuiste levantado por empuje de sangre, recio, erguido. Buscas, ciego, región donde, en olvido, se abandone tu mar aprisionado por estrecho canal, y encabritado, salte en espuma, libre, enardecido. Tu anhelo ... | |
...Del girasol no importa la figura, sino el amor inmenso que lo mueve... Serafín Quiteño 1. Viene como la noche con su telón poblado de agujeros; como la lluvia, con su rumor de multitud; como la palabra que sube hasta la voz. Como un mundo, una especie, ... | |
6. Hay un largo camino que construir desde el tú hasta el nosotros. Un abismo poblado de pequeñas y grandes soledades y un funámbulo absorto que lo cruza a pesar de los naufragios. En tu mirada hay una cuerda floja esperanzada. 7. Cuántos caminos recorridos juntos, ... |
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