VINICIUS DE MORAES | |
Siente como vibra Locamente en nosotros Un viento feroz Retorciendo la fibra De los tallos informes Y las plantas carnívoras De bocas enormes Luchan con las víboras Y los ríos soturnos Oye como vierten El agua corrompida Y las sombras se unen En los rayos nocturnos ... | |
Dejaré que muera en mí el deseo de amar tus ojos dulces, porque nada te podré dar sino la pena de verme eternamente exhausto. No obstante, tu presencia es algo como la luz y la vida. Siento que en mi gesto está tu gesto y en mi voz tu voz. No quiero tenerte porque en mi ser todo estará terminado. ... | |
Quiero llorar porque te amé demasiado, quiero morir porque me diste la vida, ay, amor mío, ¿será que nunca he de tener paz? Será que todo lo que hay en mí sólo quiere decir saudade... Y ya ni sé lo que va a ser de mí, todo me dice que amar será mi fin... Qué desespero trae el amor, yo que no sabía ... | |
En medio de un cristal de ecos El poeta va por la calle Sus ojos verdes de éter Abren cavernas en la luna. La luna vuelta de costado Erizada de lujuria El poeta, alocado y blanco Palpa las nalgas de la luna. Entre las esferas brillantes Centellean pelos dorados El poeta, de mirar durmiente ... | |
Amigos míos, hermanos míos, cegad a la mujer morena Que los ojos de la mujer morena me están envolviendo Y me están despertando de noche. Amigos míos, hermanos míos, cortad los labios a lamujer morena. Que son maduros y húmedos e inquietos Y saben hacer voluptuosa ... | |
Una gota de lluvia cuando el vientre grávido estremeció la tierra. A través de viejos Sedimentos, rocas Ignoradas, oro Carbón, fierro y mármol Un río cristalino Lejano milenios Partió frágil Sediento de espacio En busca de luz. Un río nació. Traducción: Carmen Gloria Rodríguez y Vania Torres ... | |
Amiga, infinitamente amiga En algún lugar tu corazón late por mí En algún lugar tus ojos se cierran al recordar los míos En algún lugar tus manos se crispan, tus senos Se hinchan de leche, desfalleces y caminas Como ciega a mi encuentro... Amiga, última locura La tranquilidad suavizó mi piel ... | |
Lejos de los pescadores los ríos interminables van muriendo de sed lentamente... Fueron vistos caminando de noche hacia el amor-¡oh, la mujer amada es como una fuente! La mujer amada es como el pensamiento del filósofoque sufre La mujer amada es como el lago que duerme ... | |
¿Quién pagará el entierro y las flores si yo muero de amores? ¿Qué amigo será tan amigo que en el entierro esté conmigo? ¿Quién, en medio del funeral dirá de mí: Nunca hizo el mal...? ¿Quién borracho, llorará en voz alta por no haberme traído nada? ¿Quién deshojará violetas ... | |
Piensen en la criaturas Mudas telepáticas piensen en las niñas Ciegas inexactas Piensen en las mujeres Rotas alteradas Piensen en las heridas Como rosas cálidas Pero oh no se olviden De la rosa de la rosa De la rosa de Hiroshima La rosa hereditaria La rosa radioactiva Estúpida ... | |
Una mujer al sol es todo mi deseo, viene del mar, desnuda, con los brazos en cruz y la flor de los labios abierta para el beso y en la piel refulgente el polen de la luz. Una hermosa mujer, los senos en reposo y caliente de sol, nada más se precisa. El vientre terso, el pelo húmedo ... | |
Sobre tus blancos pechos lloro, mis lágrimas bajan por tu vientre y se embriagan del perfume de tu sexo. ¿Mujer, qué máquina eres, que solo me tienes desesperado confuso, niño para contenerte? ¡Ah, no cierres tus brazos sobre mi tristeza, no! ¡Ah, no abandones tu boca a mi inocencia, no! ... | |
Esa mujer que se arroja fría y lúbrica en los brazos, y a sus senos. Me aprieta, me besa y balbucea versos, rezos a Dios, votos obscenos. Esa mujer, flor de melancolía que ríe de mis pálidos recelos, la única entre todas a quien di caricias que jamás a otra daría. Esa mujer que a cada amor ... | |
De repente la risa se hizo llanto, silencioso y blanco como la bruma; de las bocas unidas se hizo espuma, y de las manos dadas se hizo espanto. De repente la calma se hizo viento que de los ojos apagó la última llama, y de la pasión se hizo el presentimiento y del momento inmóvil ... | |
Fuera de mí, en el espacio, errante, la música doliente de un vals; en mí, profundamente en mi ser, la música doliente de tu cuerpo; y en todo, viviendo el instante de todas las cosas, la música de la noche iluminada. El ritmo de tu cuerpo en mi cuerpo... El giro suave del vals lejano, ... |