JAIME TORRES BODET | |
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Ahora que las últimas cohortes incendiaron las últimas praderas, en esta soledad de mármol roto, de lámparas extintas y de palabras yertas; sobre un polvo que fue tribuna o plinto, corona de palacio o tímpano de iglesia; mientras el odio se organiza para un asedio... | |
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Un hombre muere en mí siempre que un hombre muere en cualquier lugar, asesinado por el miedo y la prisa de otros hombres. Un hombre como yo; durante meses en las entrañas de una madre oculto; nacido, como yo, entre esperanzas y entre lágrimas, y como yo feliz de haber sufrido,... | |
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No has muerto. Has vuelto a mí. Lo que en la tierra donde una parte de tu ser reposa sepultaron los hombres, no te encierra; porque yo soy tu verdadera fosa. Dentro de esta inquietud del alma ansiosa que me diste al nacer, sigues en guerra contra la insaciedad que nos acosa y que,... | |
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He tocado los límites del tiempo. Y vuelvo del dolor como de un viaje alrededor del mundo... Pero siento que no salí jamás, mientras viajaba, de un pobre aduar perdido en el desierto. Caminé largamente, ansiosamente, en torno de mi sombra. Y los meses giraban y los años como giran... | |
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Nunca me cansará mi oficio de hombre. Hombre he sido y seré mientras exista. Hombre no más: proyecto entre proyectos, boca sedienta al cántaro adherida, pies inseguros sobre el polvo ardiente, espíritu y materia vulnerables a todos los oprobios y las dichas... Nunca me sentiré rey... | |
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Esta piedad profunda es tierra mía. Aquí, si avanzo, lo que toco es patria: presencia donde siento a cada instante el acuerdo del cuerpo con el alma. Esta voz es mi voz. Pero la escucho en bocas diferentes. Y aunque nada de cuanto dice pueda sorprenderme, oírla me cautiva porque... |
OTROS POETAS EN LA VOZ DE JAIME TORRES BODET |
De Rubén Darío
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El varón que tiene corazón de lis, alma de querube, lengua celestial, el mínimo y dulce Francisco de Asís, está con un rudo y torvo animal, bestia temerosa, de sangre y de robo, las fauces de furia, los ojos de mal: ¡el lobo de Gubbio, el terrible lobo! Rabioso, ha asolado los... |
De Rubén Darío
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Los que auscultasteis el corazón de la noche, los que por el insomnio tenaz habéis oído el cerrar de una puerta, el resonar de un coche lejano, un eco vago, un ligero rüido... En los instantes del silencio misteriosos, cuando surgen de su prisión los olvidados, en la hora de los muertos... |
De Rubén Darío
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Quiero expresar mi angustia en versos que abolida dirán mi juventud de rosas y de ensueños, y la defloración amarga de mi vida por un vasto dolor y cuidados pequeños. Y el viaje a un vago Oriente por entrevistos barcos, y el grano de oraciones que floreció en blasfemias, y los... |