LEOPOLDO MARECHAL | |
Hay en la casa un Árbol que no plantó la madre ni riegan los abuelos: sólo es visible al niño, al poeta y al perro. Su primavera no es la que fundan las rosas: no es la vaca encendida ni el huevo de la paloma. Su otoño no es el tiempo que trae desde el mar caballos irascibles, por tierras de azafrán. ... | |
Siguen ahora las operaciones que realizamos Elbiamada y yoen los artículos de nuestra separación y enfrentamiento. Yo vestí su terrible desnudez (su pecho encabritado, su vientre de mercuriosus piernas de azafrán) con estrofas aturdidas y cortadasen los talleres de la primavera.Yo la calcé ... | |
Tuve un segundo encuentro en el Tuyújunto al mar que bramaba como un toroy en cierto mediodía de salitre.Acostado en las algas vi al Amor doble y uno en su forma de andrógino admirable:la parte del Varón (crines y bronces)y la de la Mujer (plumas y rosas)buscaban la unidad ... | |
De cualquier modo, este poema lograsu posibilidad en las nocionesde un Amante, un Amado y un Amor.Y si yo, por azar fuese un Amante, la canción ya tendría sus dos piernas en marcha.Pero, ¿soy yo un Amante? Recordemos. Desde mi promoción a la esfera del hombre,doy siempre, ... |