SARA DE IBÁÑEZ | |
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El cuerpo del monstruo fulmíneo llenaba el espacio como un pez que se hubiese tragado la mar. No existía ya sitio más que para un temblor y la luz era a un tiempo su piel y su carne. Un leve punto, gota, gota, embrión de la tiniebla, apareció en el tenso vientre en llamas... | |
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Rigor de esta ciencia rara que en relámpago indiviso del infierno al paraíso quiebra el color de mi cara. Que ya no me desampara su asistencia abrasadora, la palabra me devora si me aviva el pensamiento, y en callada flor del viento mi antigua canción demora. De: Las... | |
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Vuélvete rosa desnuda al carmen rosa del cielo. La forma de mi desvelo frente a tu sonrisa duda. Quiero y no quiero tu ayuda pábulo de mi agonía; vuelvo la espalda a tu día, y en esta nocturna rosa, con tu ausencia rencorosa, me quema la geometría. De: Las estaciones... | |
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Dejóme Dios ver su cara cuando entre paloma y flor sobre aquel cielo mayor brotó una blanca almenara; dejóme Dios ver su cara? Me miraba Dios acaso cuando en la noche sin mella dejaron lirio y centella testimonio de mi paso; me miraba Dios acaso? El rostro de Dios veía... | |
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Sol amargo, agua amarga, amargo viento y amarga sangre para siempre amarga. Vencido y solo en carne y pensamiento, y el sueño antiguo por tesoro y carga. Quiso callado y solo y sin lamento sorbo a sorbo agotar su fuente larga. Miserable señor de su destino, de espaldas a la aurora... | |
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Cómo atrever esta impura cerrazón de sangre y fuego, esta urgencia de astro ciego contra tu feroz blancura. Ausencia de la criatura que su nacimiento espera, de tu nieve prisionera y de mis venas deudora, en el revés de la aurora y no de la primavera... | |
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Tuvo en la mano el ramo erguido, brioso relámpago de fiesta. Por las corolas de ascendía la luz amarga de la tierra, la luz del hueso amanecido, la luz en trance de cometa, la luz alzada por su rostro contra el fragor de la tiniebla; la luz audaz que abre en su risco despeñaderos a... | |
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Por qué me duele el cielo su luz de llaga que olvidó la muerte? ¿Por qué este oscuro duelo que mi lengua pervierte y en mi propio verdugo me convierte? Voy a vivir la estrella voy a tocar su frente de alegría. Voy a matar la huella. Voy a estrenar el día. Voy a olvidar la gran palabra fría... | |
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Voy a llorar sin prisa. Voy a llorar hasta olvidar el llanto y lograr la sonrisa sin cerrazón de espanto que traspase mis huesos y mi canto. Por el árbol inerme que un corazón de pájaro calienta y sin gemido duerme, y al gran silencio enfrenta sin esta altiva lengua cenicienta. Por el... | |
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Ven, acércate hermano, ven y mira la vena enlucerada que desciende lenta por las entrañas pudorosas del animal vencido; ven y mira como quien quiere ver: adentro mira. Quiero mostrarte esta sencilla puerta que no has abierto nunca y se te ofrece bajo las cerraduras celestiales que... | |
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Cuándo la rosa concibió este frío? ¿Cuándo esta leve sombra cazadora afinó en mi garganta su rudeza y me detuvo en la canción que llora? ¿Cuándo nació la pálida maleza que enturbia el goce de su pulcra aurora? ¿Cuándo perdí su celestial privanza, de sangre a sangre el nudo y la alabanza?... | |
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Tu aire esculpe el otoño en mi garganta. La lumbre de las uvas montaraces mis arriscadas vértebras levanta. Dividido entre lágrimas rapaces cruzo tus laberintos transparentes empañados de perros y torcaces. Palpo en tu rostro mis cenizas, claras, mis pies vislumbro en tus cerradas... | |
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Yo te sentí, paloma, en las mejillas recién salidas del manzano alerta. Tu cauto pico me encontró despierta deletreando arenales y gramillas. Jugaba un aire enano en mis rodillas cuando tu anunciación pasó mi puerta. Liviano amanecer, mi frente abierta sufrió la voluntad de las... |