MARCO ANTONIO VALENCIA CALLE | |
No creí, no reflexioné y no me expuse. No fui instrumento ni de la paz, ni del amor, pero tampoco de la guerra y el odio. No dude, ni afirmé, ni negué, ni renegué, ni nada. Jamás alimenté el alma, y al cuerpo le di cualquier cosa. Leí lo necesario y sin esfuerzo, y escuché dialogar a la gente ... | |
Dice José Asunción Silva que los poetas se dejan crecer la barba para ocultar el silencio de su amor prohibido, y tal vez claro, para ocultar el rictus de la amargura que le depara su destino. Dice Aurora, que los poetas no pueden amar a una sola mujer porque se les cae el pelo, ... | |
El problema es tener litros de recuerdos sobre los pies hambrientos y haber transitado por intuición como si fuéramos aves. Dolernos hasta los tuétanos con la presencia de cosas amadas que jamás fueron nuestras y no poder sumergirnos en el juego de las alegrías ajenas. ... | |
El hombre que te ama puedo ser yo mismo en otro cuerpo y cuando mi cuerpo te ama puede ser ese otro hombre en mi yo que te desnuda y te besa y se inclina hasta tu alma y lame de tu intimidad como si fueras un ser sagrado y puro al que se tiene que venerar porque eres única y fiel. ... | |
Las mujeres que me gustan se visten de rojo, de colores cálidos y zapatos abiertos. Son las que juegan con la mirada y la sonrisa, con la indiferencia y el olvido. Las que tienen los dedos de los pies limpios, las manos de agua cálida y una estrella escondida en medio de los senos. ... | |
He mirado la noche y descubierto sus defectos. He mirado tus hazañas, la risa del condenado y la del hombre que nos envidia y el desprecio de la nostalgia. La tristeza me allana cuando en la noche despierto y presiento que me piensas. Estamos lejos. Muy lejos. Absolutamente lejos. ... | |
Me sirven las cosas que a nadie le sirven, me huele a pan las miradas de la gente, me da risa lo ausente, me como las flores para alimentar el alma, y me enamoro de lo imposible, me enamoro de alacranes. En días de carnaval me baila el corazón y la sangre es un río ... | |
Te he dicho cosas horribles que te hieren toda, desde los huesos hasta la dignidad, y resistes sin morir porque eres joven y te faltan historias de amor por escuchar. Mis argumentos son que todo pasa porque el destino tiene sus hilos y la silueta del barco sus rutas en el mar. ... | |
No encuentro resignación en la fe, ni en la alegría de los alimentos litúrgicos. Morirse es fácil y lamentar lo inevitable puede ser una banalidad para frívolos. Las hazañas humanas tan raras como perdonar desaparecieron de mis límites, y ahora solo encuentro un montón de palabras ... | |
Hacedme casto... pero aún noSan Agustín (Confesiones) Aprendí la virtud de mi madre, pero de los lobos a mentir como un sofista para ganar en el amor y en la tierra. Imaginé todo sobre lo inmoral y caminé sin Dios por mis propios senderos. Quise morir con la dignidad ... |