EULER GRANDA | |
Ni la muralla china ni el alambre con púas ni los cordones de perros policías o policías perros que resguardan las nalgas sociales y cristianas del hot dog presidente, nada es capaz que yo sepa, nadie puede detenerte. Ni las minidevaluaciones, ni la maxi hambre, ni todos los bostezos ... | |
Un día le regalan a uno una palabra y uno la pone al sol, la alimenta, la cría, la enseña a ser bastón, peldaño, droga anticonceptiva, garra, analgésico, brecha para el escape o parapeto. Uno le saca música, la pinta, la vuelve más pariente que un hermano, más que la axila de uno. ... | |
( Es más fácil que un camello pueda atravesar el ojo de una aguja antes que un rico entre en el reino de los cielos ). Si se enterasen mis congéneres que a mí sin ser camello me es dado atravesar el ojo de una aguja y que es un juego fácil. Si comprendieran lo que es trocar en hilo ... | |
Minador falleció al ser sepultado por una montaña de basura . - ( El Comercio , Octubre/71 ). Con las imperturbables quijadas de la lluvia, con la piel de las frutas, con mis primas las moscas, con las toallas higiénicas de la reina del barrio, con mi cara y la suya, con mi paz y la suya, ... | |
La más inofensiva, la más sana, la que nunca produjo salpullido a nadie; la que hasta ahora que yo sepa a nadie le ha pasmado la alegría; la pájara, la pajarita que nos hizo volar sin ser aviones; la que a mansalva nos hizo sudar miel, quedar absortos hasta sacar en conclusión que el mundo ... | |
De un puntapié acabar con la ventana. Desde el último piso tirar el terno nuevo, el nombre, la lascivia; despojarme del ansia y los papeles; arrojar a la calle las mentiras, las muelas que me sobran, los amigos; botar la basura la calvicie y por fin, sin pagar el arriendo sin avisar a nadie, ... | |
Un día de tanto puro amor te retuercen el cuello, te muerden en los puntos dolorosos; quieren hacerte altoparlante, te miden, te limitan, te ponen precios fijos y te llenan de rótulos la vida, y eso más no permiten que revientes. Así la soga desde los pies al cuello, desde que llegas ... | |
Oh rota, oh carcamal, recontra mía, hasta cuando no pueda más; hasta la cacha mía; en las malas y en las peores pegada a mí, a mí adherida; pereciente ventosa, liquen, jarro viejo, queloide, que a veces da vergüenza acostarse contigo. Como los que no pisan en el suelo yo renegué de ti, ... | |
Hoy los miré tan cerca como la uña a la carne; eran hueso y pellejo; con pedazos de insomnio salían de unos huecos, tosían, recogían cáscaras de frutas, desperdicios, ennegrecidas telas. A la hora del almuerzo hacían cualquier cosa menos comer y en la noche aguardaban que del cielo ... | |
Hoy mataron a Juan el Huasicama lo mataron a palo en día claro, lo mataron por indio, porque trabajaba como tres y nunca sació el hambre, porque junto a los bueyes arrastraba el arado, porque dormía sobre el suelo y con su mala suerte cobijábase, porque amaba la tierra como la aman ... | |
A veces el amor como un intruso, como un pelo en el plato de comida. A veces el amor como enfermarse, como estar ahogándose, como si hubiésemos robado y nos buscaran. Otras veces con él qué borrachera, qué jubilosa azúcar inundándonos, qué tropel en las venas, ... | |
Una vez, un pescador se fue cortando al viento; tiró la red, la recogió vacía; en tanto ensangrentado el sol con todo el peso de su cuerpo se arrimaba en la tarde; de pronto, el mar comenzó a sacudirse como animal mojado; el pescador cayó en brazos de las algas; en la espina de un pez ... |