SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ | |
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Verde embeleso de la vida humana, loca esperanza, frenesà dorado, sueño de los despiertos intrincado, como de sueños, de tesoros vana; alma del mundo, senectud lozana, decrépito verdor imaginado, el hoy de los dichosos esperado y de los desdichados el mañana: sigan tu sombra en busca... | |
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Ves, caminante? En esta triste pira la potencia de Jove está postrada; aquà Marte rindió la fuerte espada aquà Apolo rompió la dulce lira; aquà Minerva, triste, se retira; y la luz de los astros, eclipsada, toda está en la ceniza venerada del excelso Colón que aquà se mira. Tanto pudo la fama encarecerlo... | |
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Bello compuesto en Laura dividido, alma inmortal, espÃritu glorioso, ¿por qué dejaste cuerpo tan hermoso? ¿Y para qué tal alma has despedido? Pero ya ha penetrado en mi sentido que sufres el divorcio riguroso porque el dÃa final puedas gozoso volver a ser enteramente unido... | |
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Este que ves, engaño colorido, que, del arte ostentando los primores, con falsos silogismos de colores es cauteloso engaño del sentido; éste, en quien la lisonja ha pretendido excusar de los años los horrores, y venciendo del tiempo los rigores triunfar de la vejez y del olvido, es... | |
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Estribillo Al Niño divino que llora en Bélen, ¡déjen-lé, pues llorando mi mal, consigo mi bien! 1.- ¡Déjen-lé, que a lo Criollito yo le cantaré! 2.- ¡Le, le, que le, le le! Coplas 1.- Sed tiene de penas Dios, y es bien le den sus ojos el agua, el barro mi ser: ¡déjen-lé! 2.- Dejen... | |
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Al que ingrato me deja, busco amante; al que amante me sigue, dejo ingrata; constante adoro a quien mi amor maltrata; maltrato a quien mi amor busca constante. Al que trato de amor, hallo diamante y soy diamante al que de amor me trata; triunfante quiero ver al que me mata y mato a quien me quiere ver triunfante... | |
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Cantar, Feliciana, intento tu belleza celebrada; y pues ha de ser cantada, tú serás el instrumento. De tu cabeza adornada, dice mi amor sin recelo que los tiples de tu pelo la tienen tan entonada; pues con presunción no poca publica con voz süave que, como componer sabe, él solamente te toca... | |
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Con el dolor de la mortal herida, de un agravio de amor me lamentaba, y por ver si la muerte se llegaba procuraba que fuese más crecida. Toda en el mal el alma divertida, pena por pena su dolor sumaba, y en cada circunstancia ponderaba que sobraban mil muertes a una vida... | |
Continúa el asunto y aun le expresa con más viva elegancia | |
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Feliciano me adora y le aborrezco; Lisardo me aborrece y yo le adoro; por quien no me apetece ingrato, lloro, y al que me llora tierno, no apetezco: a quien más me desdora, el alma ofrezco; a quien me ofrece vÃctimas, desdoro; desprecio al que enriquece mi decoro y al que le hace... | |
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De tu ligera planta el curso, Fenix rara, pára, pára; mira que se adelanta, en tan ligero ensayo, a la nave, a la cierva, al ave, al rayo. ¿Por qué surcas ligera el viento transparente? Tente, tente, consuélanos siquiera; no nos lleves contigo el consuelo, el amparo, el bien y abrigo... | |
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A tus manos me traslada la que mi original es, que aunque copiada la ves, no la verás retratada: en mà toda transformada, te da de su amor la palma; y no te admire la calma y silencio que hay en mÃ, pues mi original por ti pienso que está más sin alma. De mi venida envidioso queda... | |
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QUE CONTIENE UNA FANTASÃA CONTENTA CON AMOR DECENTE Detente, sombra de mi bien esquivo, imagen del hechizo que más quiero, bella ilusión por quien alegre muero, dulce ficción por quien penosa vivo. Si al imán de tus gracias, atractivo, sirve mi pecho de obediente acero, ¿para qué me... | |
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Dime vencedor Rapaz, vencido de mi constancia, ¿qué ha sacado tu arrogancia de alterar mi firme paz? Que aunque de vencer capaz es la punta de tu arpón, el más duro corazón, ¿qué importa el tiro violento, si a pesar del vencimiento queda viva la razón? Tienes grande señorÃo... | |
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Dos dudas en qué escoger tengo, y no sé a cual prefiera: pues vos sentÃs que no quiera, y yo sintiera querer. Con que si a cualquiera lado quiero inclinarme, es forzoso, quedando el uno gustoso, que otro quede disgustado. Si daros gusto me ordena la obligación, es injusto... | |
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El Alcalde de Belén en la Noche Buena, viendo que se puso el azul raso como un negro terciopelo, hasta ver nacer al Sol, de faroles llena el pueblo, y anuncia al Alba en su parto un feliz alumbramiento... | |
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SOLO CON AGUDA INGENIOSIDAD ESFUERZA EL DICTAMEN DE QUE SEA LA AUSENCIA MAYOR MAL QUE LOS CELOS El ausente, el celoso, se provoca, aquél con sentimiento, éste con ira; presume éste la ofensa que no mira, y siente aquél la realidad que toca. Éste templa, tal vez, su furia loca, cuando... | |
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El retrato del Niño mÃrenlo Uscedes, y verán cosas grandes en copia breve. De oro y plata en listones, un ramillete de encarnado es, y blanco, de azul y verde. No es retrato del arte, ni de pinceles, que es divino, aunque Humano sólo parece. Aunque parezca Humano, es tan Celeste... | |
En la muerte de la excelentÃsima señora marquesa de Mancera | |
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De la beldad de Laura enamorados los cielos, la robaron a su altura, porque no era decente a su luz pura ilustrar estos valles desdichados. O porque los mortales, engañados de su cuerpo en la hermosa arquitectura, admirados de ver tanta hermosura no se juzgasen bienaventurados. Nació donde el Oriente... | |
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Dos cuerpos frente a frente son a veces dos olas y la noche es océano. Dos cuerpos frente a frente son a veces dos piedras y la noche desierto. Dos cuerpos frente a frente son a veces raÃces en la noche enlazadas. Dos cuerpos frente a frente son a veces navajas y la noche ... | |
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En perseguirme, mundo, qué interesas? ¿En qué te ofendo, cuando sólo intento poner bellezas en mi entendimiento y no mi entendimiento en las bellezas? Yo no estimo tesoros ni riquezas, y asÃ, siempre me causa más contento poner riquezas en mi entendimiento que no mi entendimiento en las riquezas... | |
En que da moral censura a una rosa, y en ella a sus semejantes | |
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Rosa divina que en gentil cultura eres con tu fragante sutileza magisterio purpúreo en la belleza, enseñanza nevada a la hermosura; amago de la humana arquitectura, ejemplo de la vana gentileza en cuyo ser unió naturaleza la cuna alegre y triste sepultura: ¡cuán altiva en tu pompa,... | |
En que describe racionalmente los efectos irracionales del Amor | |
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Este amoroso tormento que en mi corazón se ve, sé que lo siento y no sé la causa porque lo siento. Siento una grave agonÃa por lograr un devaneo, que empieza como deseo y para en melancolÃa. Y cuando con más terneza mi infeliz estado lloro, sé que estoy triste e ignoro la causa de mi... | |
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Porque tu sangre se sepa, cuentas a todos, Alfeo, que eres de Reyes. Yo creo que eres de muy buena cepa; y que, pues a cuentos topas con esos Reyes enfadas, que, más que Reyes de Espadas, debieron de ser de... | |
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Miró Celia una rosa que en el prado ostentaba feliz la pompa vana y con afeites de carmÃn y grana bañaba alegre el rostro delicado; y dijo: goza, sin temor del Hado, el curso breve de tu edad lozana, pues no podrá la muerte de mañana quitarte lo que hubieres hoy gozado; y aunque... | |
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Escuchen dos Sacristanes que disputan, arguyendo, si es el Niño el Verbum Caro, o es el Niño el Tantum Ergo. ¡Oigan atentos, no se queden a asperges del argumento! Estribillo 1.- Sacristane. 2.- Sacristane. 1.- Exi foras. 2.- Vade retro. 1.- Famularum. 2.- Famularum. 1.- ¿Mecum arguis?... | |
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Copia divina, en quien veo desvanecido al pincel, de ver que ha llegado él donde no pudo el deseo; alto, soberano empleo de más que humano talento; exenta de atrevimiento, pues tu beldad increÃble, como excede a lo posible, no la alcanza el pensamiento... | |
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EN QUE SATISFACE UN RECELO CON LA RETÓRICA DEL LLANTO Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba, como en tu rostro y tus acciones vÃa que con palabras no te persuadÃa, que el corazón me vieses deseaba; y Amor, que mis intentos ayudaba, venció lo que imposible parecÃa: pues entre el... | |
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El que Hipogrifo de mejor Rugero, Ave de Ganimedes más hermoso, Pegaso de Perseo más airoso, de más dulce Arión, DelfÃn ligero fue, ya sin vida yace el golpe fiero de transformado Jove, que celoso los rayos disimula, belicoso, sólo en un semicÃrculo de acero. Rindió el fogoso... | |
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PINTA LA PROPORCIÓN HERMOSA DE LA EXCELENTÃSIMA SEÑORA CONDESA DE PAREDES, CON OTRA DE CUIDADOS, ELEGANTES ESDRÚJULOS, QUE AÚN LE REMITE DESDE MÉJICO A SU EXCELENCIA. Lámina sirva el Cielo al retrato, LÃsida, de tu angélica forma: cálamos forme el Sol de sus luces; sÃlabas las... | |
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Mis quejas pretendo dar en estilo tosco y llano, que el hablar muy cortesano no es término de cobrar. Y es bien que el ardid deshaga de quien, con tanta malicia, me concede la justicia para negarme la paga. Pues con intención doblada, sólo por hacerme mal, con tan notorio caudal, me... | |
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Dices que yo te olvido, Celio, y mientes, en decir que me acuerdo de olvidarte, pues no hay en mi memoria alguna parte en que, aun como olvidado, te presentes. Mis pensamientos son tan diferentes y en todo tan ajenos de tratarte, que ni saben ni pueden olvidarte, ni si te olvidan... | |
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Por celebrar del Infante el temporal Nacimiento, los cuatro elementos vienen: Agua, Tierra y Aire y Fuego. Con razón, pues se compone la humanidad de su Cuerpo de Agua, Fuego, Tierra y Aire, limpia, puro, frágil y fresco. En el Infante mejoran sus calidades y centros, pues les dan... | |
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Pero apenas la bella precursora signÃfera del Sol, el luminoso en el Oriente tremoló estandarte, tocando al arma todos los suaves si bélicos clarines de las aves (diestros, aunque sin arte, trompetas sonorosos), cuando como tirana al fin, cobarde, de recelos medrosos embarazada,... | |
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Estos versos, lector mÃo, que a tu deleite consagro, y sólo tienen de buenos conocer yo que son malos, ni disputártelos quiero ni quiero recomendarlos, porque eso fuera querer hacer de ellos mucho caso. No agradecido te busco: pues no debes, bien mirado, estimar lo que yo nunca... | |
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Estribillo 1.- Pues mi Dios ha nacido a penar, déjenle velar. 2.- Pues está desvelado por mÃ, déjenle dormir. 1.- Déjenle velar, que no hay pena, en quien ama, como no penar. 2.- Déjenle dormir, que quien duerme, en el sueño se ensaya a morir. 1.- Silencio, que duerme. 2.- Cuidado,... | |
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Amor empieza por desasosiego, solicitud, ardores y desvelos; crece con riesgos, lances y recelos; susténtase de llantos y de ruego. DoctrÃnanle tibiezas y despego, conserva el ser entre engañosos velos, hasta que con agravios o con celos apaga con sus lágrimas su fuego... | |
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El no ser de Padre honrado, fuera defecto, a mi ver, si como recibà el ser de él, se lo hubiera yo dado. Más piadosa fue tu Madre, que hizo que a muchos sucedas: para que, entre tantos, puedas tomar el que más te cuadre... | |
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Que no me quiera Fabio al verse amado es dolor sin igual, en mi sentido; mas que me quiera Silvio aborrecido es menor mal, mas no menor enfado. ¿Qué sufrimiento no estará cansado, si siempre le resuenan al oÃdo, tras la vana arrogancia de un querido, el cansado gemir de un desdeñado?... | |
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Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis. Si con ansia sin igual solicitáis su desdén. ¡Por qué queréis que obren bien, si las incitáis al mal! CombatÃs su resistencia y luego, con gravedad, decÃs que fue liviandad lo que... | |
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Silvio, tu opinión va errada; que en lo común, si se apura, no admiten por hermosura hermosura enamorada. Pues si bien de la extrañeza el atractivo más grato, es el agrio de lo ingrato la sazón de la belleza. Porque gozando exenciones de perfección más que humana, la acredita... | |
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Silvio, yo te aborrezco, y aun condeno el que estés de esta suerte en mi sentido: que infama el hierro el escorpión herido, y a quien lo huella, mancha inmundo el cieno. Eres como el mortÃfero veneno que daña a quien lo vierte inadvertido, y en fin eres tan malo fementido que aun... | |
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De amor, puesto antes en sujeto indigno, es enmienda blasonar del arrepentimiento Cuando mi error y tu vileza veo, contemplo, Silvio, de mi amor errado, cuán grave es la malicia del pecado, cuán violenta la fuerza de un deseo. A mi mesma memoria apenas creo que pudiese caber... | |
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Diuturna enfermedad de la esperanza que asà entretienes mis cansados años y en el fiel de los bienes y los daños tienes en equilibrio la balanza; que siempre suspendida en la tardanza de inclinarse, no dejan tus engaños que lleguen a excederse en sus tamaños la desesperación o la confianza... | |
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Tan grande, ¡ay Hado!, mi delito ha sido que por castigo de él o por tormento no basta el que adelanta el pensamiento sino el que le previenes al oÃdo? Tan severo en mi contra has procedido, que me persuado, de tu duro intento, a que sólo me diste entendimiento porque fuese mi daño más crecido... | |
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QUE DA MEDIO PARA AMAR SIN MUCHA PENA Yo no puedo tenerte ni dejarte, ni sé por qué, al dejarte o al tenerte, se encuentra un no sé qué para quererte y muchos sà sé qué para olvidarte. Pues ni quieres dejarme ni enmendarte, yo templaré mi corazón de suerte que la mitad se incline a... |