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Saliva

De tu múltiple boca huyen las salivas negras
como buscando los cruentos olores
de cada orgasmo muerto.
No crezca en la fatiga de tu cráneo
ninguna memoria de muchachas cocinándose
en un sudor luminoso
que otros cuerpos encendieron.
Sí cada objeto de piedra de jugos de gases
de silencio de metal de vacío contiene
un punto oscurísimo que habrá de devorarlo.
No se vuelve al comienzo de lo visible:
Muslos brillando en apagadas sábanas
cabellos revueltos con fideos y rosas
manos como máquinas de puro exterminio
lenguas sin su idioma personal y único
gestos de furor
ademanes de inclemencia
vientres despedazándose en pariciones angélicas.
Y el final que estaba antes del inicio
tampoco será raíz de tu regreso.
Recoge pues lo que puedas
de tus salivas negras
llévalas a la boca
nómbralas
pues no tendrán ocasión de renacer.



De: Rojo es el silencio (2005/2006)


SAÚL IBARGOYEN




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