MARUJA VIEIRA | |
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Me dices que me aguarda tu clara ciudad lenta, que me aguardan sus calles, su río, sus violetas. Dulce amiga lejana, gracias por tus palabras, por tu risa callada, por tus manos fraternas. Gracias por tu recuerdo que me acompaña, tímido, silencioso y seguro como el alma del agua. Por... | |
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En la Casa Azul de Coyoacán están los zapatos gigantescos de Diego Rivera. Hay montones de faldas, collares, cintas, los terribles corsés metálicos y Fridas, muchas Fridas que no necesitan de los pies para bailar en el aire. Esta noche hay fiesta en la Casa Azul... | |
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En las hojas del libro y en las horas insomnes todavía tu nombre conduce mis canciones. Miro serenamente mi cielo gris de ausencia y pienso en ti sonriendo cuando la tarde llega. Ya no espero ni sueño. Pienso en ti solamente. Era tu voz. Tu frente. Tu paso en el silencio apenas un sonido... | |
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Siempre regresas. Para ti no hay tiempo ni tiene oscuros límites la tierra. Siempre vuelves. Y siempre estoy aquí, esperando tus manos, llenándome de sueños como de lluvia un árbol. No hay nada diferente. Todo es igual y puro cuando vuelves. No han pasado los días ni he sufrido... |