Poemas    
    Editora del fonograma:    
    Voz Viva de México.    
por Marco Antonio Montes de Oca    

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    de Palabra Virtual

Ahora estamos despiertos, ya no permitimos nada, no accedemos a nada,
y si una flor desprendida del espino blanco
nos cruza el rostro, acariciándolo con el leve tamborileo
de una mariposa vespertina;
nos echamos hacia atrás, ponemos en guardia repentinos enjambres,
desenvainamos largas centellas a punto de enmohecerse
y perforamos con súbitas uñas el guante de seda.
Ahora el milagro, como un gran rey que resucita en reino ajeno,
aparece en el ruidoso festín, echa con el pie, hacia un costado,
la capa milenaria, y avanza hacia el trono
saludando a todos con un surtidor ambulante que lanza joyas y perfumes;
salvándonos así del tiempo que nos hería a cadena perpetua,
poniendo en vigor con su sola con su sola espada nobilísima,
los tiempos de armisticio.
Más entre todos los milagros,
el instante que abre su concha cada vez que muere un planeta,
el instante que rasga su verde sarcófago,
y se pone a brillar con todas las calderas del sol a su servicio;
el instante, digo, el invicto instante de la fe,
sí dura, sí existe, sí se inclina peligrosamente
sobre los barandales de talco, sí pasa
como el agua sencilla los puentes podridos,
inaugurando lo creado nuevamente,
sacando de las palomas abiertas relámpagos eternos.
Otras cosas he advertido: la sangre que fue hecha
para ser llevada dentro del cuerpo;
la luna de la mañana,
la luna de la tarde, redonda, helada catedral fundada sobre el vuelo;
el inmutable blindaje con que se defiende lo sagrado,
la pobreza de toda poesía,
el faro cuando sostiene entre los hombros su yema incendiada;
las ebrias estatuas que en busca de su escultor abren la marcha,
la nota pura, en su breve eternidad haciéndose estertor.



De: Delante de la luz cantan los pájaros

MARCO ANTONIO MONTES DE OCA