☰ menú
 
palabra virtual

Juan Ramón Jiménez. Premio Nobel 1956. Antolojía personal    
    Editora del fonograma:    
    Visor Libros    
por Juan Ramón Jiménez    

    Este poema forma parte del acervo de la audiovideoteca
    de Palabra Virtual

Paraíso


                        1

            LO QUE SIGUE

Como en la noche, el aire ve su fuente
oculta. Está la tarde limpia como
la eternidad.
                       La eternidad es solo
lo que sigue, lo igual; y comunica
por armonía y luz con lo terreno.

Entramos y salimos sonriendo,
llenos los ojos de totalidad,
de la tarde a la eternidad, alegres
de lo uno y lo otro. Y de seguir,
de entrar y de seguir.
                                       Y de salir...

(Y en la frontera de las dos verdades
exaltando su última verdad,
el chopo de oro contra el pino verde,
síntesis del destino fiel, nos dice
qué bello al ir a ser es haber sido.)


                         2

              EL OTOÑADO

Estoy completo de naturaleza,
en plena tarde de áurea madurez,
alto viento en lo verde traspasado.
Rico fruto recóndito, contengo
lo grande elemental en mí (la tierra,
el fuego, el agua, el aire) el infinito.

Chorreo luz: doro el lugar oscuro,
trasmino olor: la sombra huele a dios,
emano son: lo amplio es honda música,
filtro sabor: la mole bebe mi alma,
deleito el tacto de la soledad.

Soy tesoro supremo, desasido,
con densa redondez de limpio iris,
del seno de la acción. Y lo soy todo.
Lo todo que es el colmo de la nada,
el todo que se basta y que es servido
de lo que todavía es ambición.



De: La estación total



JUAN RAMÓN JIMÉNEZ






regresar