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palabra virtual

El romanticismo    
    Editora del fonograma:    
    Fidias, S.A.    
por Adolfo Marsillach    

    Este poema forma parte del acervo de la audiovideoteca
    de Palabra Virtual

Despierta, tiemblo al mirarte... (Rima XXVII)


Despierta, tiemblo al mirarte;
dormida, me atrevo a verte;
por eso, alma de mi alma,
yo velo cuando tú duermes.

Despierta, ríes y al reír tus labios
         inquietos me parecen
relámpagos de grana que serpean
         sobre un cielo de nieve.

Dormida, los extremos de tu boca
pliega sonrisa leve.
Süave como el rastro luminoso
         que deja en sol que muere…
          “¡Duerme!”

Despierta miras, y al mirar tus ojos
         húmedos resplandecen,
como la onda azul, en cuya cresta
         chispeando el sol hiere.

Al través de tus párpados, dormida,
         tranquilo fulgor viertes,
cual derrama la luz templado rayo
         lámpara transparente…
          “¡Duerme!”

Despierta hablas, y al hablar, vibrantes,
         tus palabras parecen
lluvias de perlas que en dorada copa
         se derrama a torrentes.

Dormida, en el murmullo de tu aliento
         acompasado y tenue
escucho yo un poema, que mi alma
         enamorada entiende…
          “¡Duerme!”

         Sobre el corazón la mano
         he puesto porque no suene
         su latido, y en la noche
         turbe la calma solemne:

         De tu balcón las persianas
         cerré ya, porque no entre
         el resplandor enojoso
         de la aurora y te despierte…
          “¡Duerme!”



De: Rimas, leyendas y narraciones



GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER






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